ɪ ᴍɪꜱꜱ ʏᴏᴜ [ᴄʜᴀᴇʜᴏ]

Unique

—Anda Chae, le prometí a Channie que iría a verlo.

Chaeyoung roda los ojos ante las insistencias de Mina, ella no tenía ni velas en ese entierro.

—Exacto, irás sola. Eres mayor que yo, puedes cuidarte sola o ir con otra de las integrantes.—mencionó recostada en su cama.

—Ya lo hice y ninguna puede, tú sí—responde sentándose en la orilla de la cama—. ¿O tienes planes con tu novio?.

—No, sólo quiero quedarme y dormir.

—A mí no me engañas, pequeña—dice sonriente—. Está bien, entiendo tus razones. No te preocupes, iré sola.—añade como último.

Mina salió de la habitación, dejando a Chaeyoung sola. La menor suspira y cierra sus ojos, recuerdos del pasado vienen a ella, mismos dónde conoció al protagonista de sus pensamientos y el cual, a pesar de tanto tiempo, no ha podido olvidar.

Sonrió inconsciente, desviando su mirada a la estantería, visualizó el pequeño conejito con el que, en algún momento comparó a MinHo. Él mismo se lo obsequió en su cumpleaños.

"Para cuando me extrañes, mira al conejo y aunque no esté físicamente a tu lado, este peluche hará mi trabajo de cuidarte y mimarte."

Le dió toda la razón, ese conejito ayudó mucho en momentos dónde no podían verse debido a sus apretadas agendas. MinHo apenas había debutado como idol mientras ella ya llevaba tres años activa en la industria. No era una amplia diferencia. Además, él es un año mayor que su persona, aunque no lo parezca.

En sí, no les fue sencillo mantener una relación amorosa a espaldas de sus superiores. Existía un contrato de por medio con reglas explícitas que eran obligatorias cumplirlas. Entendieron el riesgo de ocultarla, nadie más que sus amigos de confianza sabían de esto. Chaeyoung no quería perjudicar ni a sus miembros ni a su novio, ambas partes sufrirían por simplemente enamorarse.

Recuerda cuando lo conoció, ah, se veía tan bonito y tan tímido. Chocarse en los pasillos de la empresa, fue como si hubieses vivido uno de esos k dramas clichés. Para ella, si resultó amor a primera vista y aunque MinHo nunca se lo confesó, tuvo la grata sospecha de que le pasó también.

"Soy Lee MinHo." Nunca olvidaría esa sonrisita nerviosa ni esos ojitos cafés que traslucirieron un sin fin de costelaciones dentro suyo. A Mina le ocurrió lo mismo con Bang Chan. "Creo que me enamoré de Lee MinHo, unnie."

—Vaya que sí...

En sus manos tenía el conejito al cual llamó leebit, tal como la combinación entre el apellido de MinHo y el animal que lo representa.

Añoraba tanto estar a su lado, pues, parecía que todo entre ellos era color de rosa hasta esa vez que su jefe mandó a buscarla en plena madrugada. El miedo y la ansiedad a cada paso que dió fue creciendo, odió tanto entrar en esa oficina y ver no sólo a sus mánagers, sino que también a MinHo junto a Bang Chan.