PRETENDIENTES

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INICIO DEL CAPÍTULO.
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No he hablado más con William desde aquél encuentro, siempre que intento acercarme desvía su mirada junto con su camino,  ¿habré sido grosera desde un inicio? ¿ le incomodaba mi presencia? Eso era algo que solo él sabía.

Son las 3 de la mañana y mis nervios están por los cielos, la idea de que no halla ningún terapeuta dispuesto  a seguir el tratamiento con Charlie me estaba matando, vaya, no me entraba en la cabeza que sean casi 500 médicos ninguno quiere tomar cargo con su tratamiento... siempre un "No me siento capacitado para llevar este caso" o "Losiento, no tengo tiempo para uno más" a este paso siento un entorpecimiento por venir en Charlie si no me muevo rápido.

Hoy me motivé a subir al la terraza del casi rascacielos que formaba la institución hospitalaria, adoraba sentir los fuertes vientos correr por mis orejas pero a decir verdad, también deseaba encender mi cigarrillo para calmar mi estrés,  cosa que me era difícil,  pues el encendedor fué propenso a apagarse por el aire.

Una vez que exhalé el humo de tabaco me sentí más relajada y comencé a meditar sobre lo que me pasó durante los últimos meses...

He tenido más buenas experiencias que malas gracias a Charlie, pero jamás me explicaré que o quien era el ser de las rosas, hubo un punto que, si omitía el hecho bizarro de los dientes de mi ex pareja en mi casillero, me estaba comenzando a enamorar de igual forma de aquel ser que ponía junto a las rosas dichas cartas con versos.

Justo ahora sostengo una en mis manos, no la he leído pero como siempre me motiva de alguna forma, la abro y la empiezo a leer...

"Aunque no congeniemos en el mismo párrafo, en éste libro que es la vida, tú serás mi página preferida".

Me pregunto, ¿Quién serás? Pequeño cobarde...

Después de unos minutos mi cigarrillo se convirtió en colilla... lo desecho y me perfumo para evitar el característico olor impregnado en mi ropa.

Puedo notar que al entrar por los pasillos veo a Thomson,  me ve y me entrega algo, no sé que es, así que me acerco lo suficiente para darme cuenta de que son unos chocolates y unas margaritas...

--S.son para tí,  digo, para usted... Si no las quiere las puede votar a la basura...

--Claro que no, son hermosas, que detalle William,  ¡gracias!-- Dijiste mientras indicaste a una chica de limpieza que las pusiera en tu despacho junto con tus chocolates.

Toda tu vida no fuiste alguien de atracción ajena pero suponía facilmente que... ahora que el tiempo ha cambiado puede que tu autoestima haya subido, ya no eras la misma ñoña de antes y al verte al espejo te sentías hermosa.

Supongo también que el físico es más grande que cualquier cosa a la hora de conquistar..

Algo era claro, ni a Charlie ni a Charles les pareció tener otro rival para tenerte, uno planeaba alejarlo, y el otro, matarlo...

FIN DEL CAPÍTULO.
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