"¿Por qué me sigues?", preguntó Day, mientras tomaba sus cosas y las colocaba en el armario.
"No te estoy siguiendo, acuérdate de que esta es mi habitación también", dijo Brick, mirando a Day con una sonrisa. Day solamente suspiró.
"Ahora sí no quieres compartir la cama, ¿por qué te da miedo dormir conmigo? Ahí está el mueble para que te duermas, porque yo dormiré en la cama", dijo Brick, acostándose en la amplia cama.
"Una persona como yo nunca le tendría miedo a una persona como tú, así que hazte a un lado, que también me voy a acostar", dijo Day, mientras se acostaba. A Brick le latió el corazón rápidamente cuando Day se acostó cerca de él, pero trató de controlarse.
"Bueno, ya dormiré. Hasta mañana, esposo mío, mua", dijo Brick, dándole un beso en el cachete a Day, mientras él se ponía de espaldas rápidamente.
"¡Joder!", gritó Day, pero en el fondo también le latió el corazón cuando sintió los labios cálidos de Brick en su mejilla.
Brick no pudo evitar reírse de Day, pues le gustaba ver la cara que ponía. Pero una vez que todo se quedó en silencio, respiró profundamente y se puso a pensar en la vida que le espera con Day en esta casa. Solo de pensar en esa idea lo hacía sentir nervioso e incómodo. Aunque trataba de ser diferente frente a Day, por dentro, Brick tenía miedo de no poder controlar sus emociones y de ser débil frente a Day, porque el amor que una vez le tuvo de niño a Day aún existía en lo más profundo de su corazón. Sin embargo, Brick sabía ocultarlas muy bien para no darlas a notar.
"Solo es un año, el tiempo pasa rápido", dijo Brick en sus pensamientos. Aunque en realidad se sentía feliz de que Day estuviera a su lado, aún sin importar que su matrimonio haya sido por una noche de copas.
Al día siguiente...
Day se levantó temprano en la mañana para ir a trabajar. Él ya se había duchado, y mientras acomodaba sus cosas, miró a un lado de la cama y vio que Brick estaba dormido.
"Cuando duermes, pareces un angelito, pero despierto eres un pequeño diablillo", dijo Day, mirando a Brick.
"Pero si quieres, puedo ser también tu angelito cuando esté despierto", dijo Brick, abriendo los ojos. Day se sobresaltó cuando vio que Brick había escuchado lo que había dicho, porque pensó que Brick estaba durmiendo, cuando en realidad ya estaba despierto. Day no dijo nada más, tomó sus cosas y salió de la habitación. Brick sonrió ante la actitud de Day.
Brick se levantó de la cama y se metió a duchar. Después de un tiempo, Brick estuvo listo, entonces bajó a la planta baja.
"Esposo mío, esposo mío, ¿dónde estás?", Brick bajó gritando de las escaleras, pero se detuvo cuando vio a la mamá de Day en la mesa poniendo el desayuno. Sus cachetes se pusieron inmediatamente rojos. La mamá de Day había venido desde temprano para prepararles el desayuno a sus hijos, solo que Day no le había dicho a Brick.
"Qué lindo, mi niño, te dice esposo mío. Es lo más lindo que he escuchado", dijo la madre de Day, felizmente. Day reviro los ojos de un lado a otro.
"Deja de revirar los ojos, deberías estar agradecido de que mi niño te hable con amor", dijo la mamá de Day, dándole un golpe en el brazo a su hijo, pero no tan fuerte. Brick quiso reírse fuerte, pero se contuvo.
La mamá de Day llevó a Brick a sentarse a la mesa y le sirvió la comida para que Brick desayunara antes de ir al trabajo.
"¿Y a mí no me vas a servir, mamá?", preguntó Day a su mamá, cuando vio que solo a Brick le había servido.