5.- War of hearts.

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Taehyung tenía miedo de su nueva libertad, sabía que afuera el mundo podría ser igual de despiadado y ahora estaba solo, sin nadie y sin nada, preguntándose cómo podría siquiera empezar

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Taehyung tenía miedo de su nueva libertad, sabía que afuera el mundo podría ser igual de despiadado y ahora estaba solo, sin nadie y sin nada, preguntándose cómo podría siquiera empezar. Nunca imaginó demasiado en la posibilidad de tener una vida jamás y ahora que la tenía, simplemente no sabía cómo avanzar. No tenia estudios, ni nada que lo ayudara en ese basto mundo real.

—Solo quiero olvidar, empezar otra vez, pero no sé cómo hacerlo —dijo Taehyung lleno de miedo—. ¿Cómo lograré hacer eso? Ahora solo soy fantasma, no tengo a nadie, solo soy alguien que dejó de existir en los registros porque morí en ese incendio.

—Sabes que tienes que pedirlo y lo cumpliré para ti.

—Si te pido que me borres todos mis recuerdos, ¿Te olvidaré a ti también?

Yeomna sonrió apenas en una línea mirándole con aprecio. Esperaba que no pidiera algo como ello, pero ahí estaba es pedido.

—Así es.

—¿Me darás recuerdos nuevos? —le preguntó curioso mientras observaba esa orilla del mar.

—Si eso quieres, sí.

—¿Puedes estar en ellos, por favor?

—¿Por qué te preocupa si estoy en tus memorias o no?

—Eres todo lo que tengo ahora y no quiero perderte a ti también.

—Oh, Taehyung... —dijo intentando mantener la calma observando la mano de Taehyung que se movía inquieta, luchando internamente por el deseo de tocarla—, tu humanidad sigue a pesar de lo que has pasado. Por eso el creador se ha detenido tantas a veces.

—¿El creador? —cuestionó curioso volteando a observarlo—. Nunca me dijiste qué eres, ¿Cómo te llamas?

—Si te cuento quien soy... —reveló agachando la mirada—, después no será una opción y tendré que borrarte la memoria.

—¿No tienes permitido decirlo?

Yeomna negó en silencio con las olas del mar escuchándose en ese acantilado.

—Hay cosas que deben mantenerse en secreto.

—Hagamos un trato.

—¿Un trato?

—Si... —respondió Taehyung con un dejo de emoción—. Cómo en el que hicimos cuando me salvaste.

Habían pasado solo unos cuantos meses desde que se había encargado de enseñarle a vivir. Le había mostrado el amanecer, las estrellas al oscurecer, correr hasta que sintiera desfallecer y como comer en un restaurant. Le había enseñado a leer y a escribir y como vestir conforme a la ocasión. La vida de Yeomna estando mimetizado con los humanos le otorgaba algunos vienes que fue acumulando con el paso de los años. Ahora, esos vienes podía usarlos ese niño asustadizo de su misma especie, lo suficiente para tener sus días resueltos.

—¿De qué se trata?

—Cuéntame de ti —pidió y Taehyung le sonrió con verdadera sinceridad—. Enséñame quién quieres y cuando borres mis recuerdos, deja algo en mi mente que me haga entender que no estuve solo y si se puede déjame encontrarte en otra vida.

—¿Por qué otra vida?

—Porque quizá en otra no estoy sucio, ni roto y pueda amarte.

—No me acerqué a ti para que me debas algo o para que me ames.

—Lo sé... —dijo Taehyung temeroso, tomando su mano con sumo cuidado de no espantarlo—, pero tu mirada me revela que también estás solo y que sufres con ello.

—Ha pasado demasiado tiempo... La soledad no me asusta.

—Cuéntame, por favor.

Yeomna sonrió sin muchas ganas. Asintió cuando sus miradas se encontraron, ambos sentándose sobre esa roca bajo sus pies, observando ese cielo azul oscuro y naranja, en ese preciso momento en el que el día besa la noche.

—¿Cuál es tu nombre? ¿Qué eres?

—En tu mundo mi nombre es Jeon, pero antes de ello, yo era un ángel... —explicó y obtuvo la total atención de Taehyung que quedó maravillado de lo que estaba escuchando—, uno muy curioso debo decir. Cuando me crearon mi cuerpo era más grande de lo que es ahora, lo que ves solo es una adaptación de mi forma a la tuya.

—¿Tienes alas?

—Las tuve y eran hermosas, de un blanco cegador.

—¿Qué fue lo que pasó para que te las quitaran? —preguntó pesaroso.

—A los ángeles se nos rige por reglas y una de ellas era que no podemos amar, nada de vínculos ni apego a otro ser.

—Oh, no...

—Si... mi curiosidad me llevó a otro hermoso ángel y creamos un "In-Yun" —Taehyung lo observó curioso al no entender—. Nos enamoramos, así le dicen en este mundo. El creador nos descubrió y me castigó quitándome lo que más amaba, desterrándonos del paraíso. Mi penitencia es ver una y otra vez cómo mi ángel sufre por mis pecados.

—¿En algún momento podrás salvarlo?

—Lo he salvado ya...

—¿Cómo se llamaba?

—En tu mundo... Kim Taehyung.

Yeomna lo observó un segundo y tomo su rostro antes de que Taehyung pudiera protestar, sellando sus labios con los suyos por única vez antes de borrar por completo sus memorias.

Y así, fue como ese ángel caído se convirtió en ese demonio en la ventana.

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El Demonio En Mi Ventana [Kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora