My Peace Killer - Maki &team

Chapter 3: Daylight

𝐀𝐧𝐝 𝐈 𝐜𝐚𝐧 𝐬𝐭𝐢𝐥𝐥 𝐬𝐞𝐞 𝐢𝐭 𝐚𝐥𝐥 (𝐈𝐧 𝐦𝐲 𝐦𝐢𝐧𝐝)
𝐀𝐥𝐥 𝐨𝐟 𝐲𝐨𝐮, 𝐚𝐥𝐥 𝐨𝐟 𝐦𝐞 (𝐈𝐧𝐭𝐞𝐫𝐭𝐰𝐢𝐧𝐞𝐝)
𝐈 𝐨𝐧𝐜𝐞 𝐛𝐞𝐥𝐢𝐞𝐯𝐞𝐝 𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐰𝐨𝐮𝐥𝐝 𝐛𝐞 (𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤 𝐚𝐧𝐝 𝐰𝐡𝐢𝐭𝐞)
𝐁𝐮𝐭 𝐢𝐭'𝐬 𝐠𝐨𝐥𝐝𝐞𝐧 (𝐆𝐨𝐥𝐝𝐞𝐧)

𝐃𝐚𝐲𝐥𝐢𝐠𝐡𝐭 - 𝐓𝐚𝐲𝐥𝐨𝐫 𝐒𝐰𝐢𝐟𝐭

España era la próxima parada en su viaje, y ambos habían decidido pasar unos días allí antes de continuar explorando Europa.

A pesar de haber viajado tanto, Aeri aún le tenía un poco de miedo a los aviones, así que solía dormir en la mayoría de los vuelos. Pero Maki insistió en mantenerla despierta para jugar a “UNO”.

—Amor, juguemos —le susurró Maki al oído.

—Maki, quiero dormir, me duele la cabeza —respondió Aeri, con un tono cansado.

—¿Todavía? Si ya tomaste el medicamento que te recomendó tu madre —dijo Maki, preocupado.

—Sí, pero tarda en hacer efecto. Prefiero dormir mientras espero. Además, sabes que le tengo un poco de pánico a los aviones.

—Bueno, cuando lleguemos podemos jugar, ¿vale? —Maki hizo un gesto de puchero.

—Está bien, amor, podemos jugar cuando lleguemos —dijo Aeri, acomodándose en el hombro de Maki para dormir.

Al pensar en ello, Aeri se dio cuenta de cómo su vida había cambiado desde que conoció a Maki. Sus fines de semana ya no eran días de aburrirse con el celular o de simplemente trabajar en composiciones que apenas le inspiraban. Ahora sus canciones de amor eran sobre su propia vida, sobre ellos dos.

El vuelo estaba a punto de aterrizar; ya habían visto un par de películas y dormido lo suficiente como para que el tiempo pasara volando.

—Señores pasajeros, les informamos que el vuelo 334 de Seúl a Madrid está por aterrizar. Por favor, coloquen sus dispositivos en modo avión y guárdenlos en sus bolsos —anunció la tripulación por el altavoz.

—¡Ya estamos por llegar! —Maki la sacudió suavemente.

—Sí, lo puedo ver, amor. Ya me duele el trasero de estar sentada aquí tanto tiempo —se quejó Aeri.

—Cuando lleguemos, deberíamos recuperarnos del jet lag y luego llamar a quien nos guiará. ¿Qué opinas?

—Me parece bien. De hecho, pensaba hacer eso. Solo quiero dormir en una buena cama. Mi espalda lo necesita.

El primer día en Madrid no salieron del hotel; estaban tan cansados que ni siquiera se movieron de la cama. Al día siguiente, los llevaron al parque de diversiones. Habían planeado un gran itinerario según lo que habían visto en internet y en la página del lugar.

—¿Crees que podamos subirnos a esa montaña rusa? Se ve bastante intensa —dijo Maki, mirando a Aeri con preocupación.

—Exageras un poco. Si no quieres subir, está bien, puedo ir sola —respondió Aeri con calma.