Mi Hombre 2

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El sonido de la ducha de fondo era el único sonido que había en esos momentos, mientras Paulo estaba tirado en la cama, su cuerpo solo estaba cubierto por su ropa interior. Su novio era el que ocupaba la ducha, su querido Leandro, había ido para pasar la tarde y estar con él, ya que siempre le decía que estaba alejado o que lo evitaba y si era verdad en parte, ya que su cabeza estaba siendo comida por su padrastro.

Intento que solo sea sexo casual o alguna chupada de pija por la calentura, pero cada vez eso sumaba algo mas, su cuerpo se sentia arder cada vez que lo tenia cerca, su corazon latia a mil por hora, sus manos sudaban como si su vida estaba en peligro. Por eso necesitaba ir a la casa de Leandro, para poder sacar aunque sea un poco al mayor de su cabeza, pero le era prácticamente imposible

-Se puede saber en qué estás pensando? La voz de su novio Leandro lo sacó de sus pensamientos, se sentó en la cama de manera rápida, para verlo y la imagen era más que magnífica, cuerpo tatuado la cancha de boca en uno de sus pectorales, su piel blanca, abdomen perfecto y con gotas de agua, pelo rubio despeinado, solo cubierto por una toalla, pero a pesar de tener un cuerpo magnífico uno de sus atributos más calientes eran sus ojos celestes, que podía quedarse mirando por horas..

-O capaz que en quien estas pensando, te crees que no me doy cuenta, como estas en otra? La voz del Leandro ya era en un tono más alto y visiblemente molesto.

-No pasa nada Lean, estoy cansado y tengo problemas en casa- fue lo que se le ocurrió decir a Paulo, la vieja confiable de problemas en casa. Al terminar de hablar se volvió a acostar como estaba antes.

Leandro se acercó al lado de su novio, estaba enamorado de ese chico, sabía que su mama era una forra que tenia ataques en donde lo trataba mal o incluso que no lo dejaba tener una vida normal, porque no toleraba que su único hijo le gustara dejarse coger por otros tipos.

-Ya se que tu vieja te jode y todo eso, Pau, pero te noto distante de otra manera, bola te estas aburriendo de mi o que pasa? El tono del de ojos azules se había hecho mucho más ameno y tranquilo, él quería realmente llegar al fondo de porque su novio estaba así con él.

-No estoy distante Lean ya sabes que estoy en finales como vos, no hay nada mas, no quiera buscar fantasmas donde no los vas a encontrar- Paulo se había sentado en la cama nuevamente, por lo que el de ojos azules también lo hizo y estaban muy cerca. Podía observar la espalda tatuada por completo de su novio, tenía distintos tipos de tatuajes desde animales hasta otras cosas que nunca entendió que eran, solo se encargaba de arañar esa espalda cuando cogían.Y era muy lamentable ya que estaban semanas de cumplir un año de novios y que en ese tiempo no sabia el porque de cada tatuaje era una gran bandera roja en la relación.

Leandro acercó la mano al cuello de su novio, acercando su frente a la de ojos verdes, todo para quedarse unos segundo con sus frentes juntas en un silencio de cementerio. No era que no lo amaba, solo que amaba a Lionel mucho más, ese hombre se había ocupado de consumirlo tan lentamente desde hace 8 meses que había cumplido los 18 años.

Se había tomado el tiempo de esperar que Paulo sea mayor de edad, para enseñarle y mostrarle las cosas que a él lo volvía completamente loco, quería que el menor se volviera loco con el. Mientras que con Leandro a pesar de estar hace asi un año, nunca llego a tener si quiera un pedazo de los orgasmos que tenia con su padrastro, jamas despues del sexo se habia quedado tan exausto, agotado y con la piel al rojo vivo como pasaba con sus encuentros con Lionel.

-Quiero que seas mio, bebe, te necesito- fueron las tiernas palabras que salieron en un susurro de los labios de Leandro. Lo único que iluminaba el cuarto era la luz de luna que ingresaba por la amplia ventana, de un cuarto con pocas cosas, solo las necesarias. Leandro vivía solo hacía cinco meses en un pequeño departamento, había cumplido los 24 años y sentía la necesidad de tener su libertad y privacidad, como la de llevar a su chico cuando quisiera sin tener que tener problemas con su familia, la cual no era como la mama de Paulo, pero sentía que molestaba cuando el de ojos verde estaba en su casa.

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