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—Por eso que acabas de hacer, un campo de fresas acaba de morir —Danielle le dijo una vez llegaron a una esquina, haciendo una cara de molestia haciendo que se viera graciosa. Sunoo, quien no podía asimilar todo lo que acaba de pasar pensó en que eso fue muy cobarde de su parte, se agarró la cabeza con un puchero, haciendo un berrinche.

—¡De verdad que esto es una locura! —chilló con los ojos brillantes, en un atisbo de querer llorar—. Necesito helado.

—Te lo compro pero escribes otra carta, Kim —su amiga parecía ser la más frustrada de todo el asunto, ¡si su hermano no notó su aroma en su lugar estaba salvada!

—Se la escribiré pasado mañana, quiero ver como se comporta mañana en la escuela primero, pero ya vamonos —dijo aun con su puchero, sacando sus airpods para darle uno a su acompañante y ponerse uno él, seguido poniendo su playlist de Sabrina Carpenter en aleatorio, sintió irritación cuando se empezó a reproducir Read your mind.

Al día siguiente...

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Querido Alfa:

Por esta vez, por mucho que quisiera saludarlo cordialmente me resulta imposible siendo que lo acabo de ver con una mujer.

¡y no cualquier mujer, si no la perra de Gaeul, con quien me peleé el otro día! Seguro debe estar festejando la muy perra. Pero no crea, yo lo vi, cuando se estaba besando con ella en pleno patio como si no fuera un lugar público usted me estaba mirando.

¿Tanto le gusto, alfa? Aunque debo admitir que se ve feo que use a la perrita de Gaeul para olvidarme, incluso si ella esta más tocada que Gangnam Style.

S


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Sunoo estaba en un parque cerca de la institución donde estaba aprendiendo a tejer con su amiguito del alma Yushi, pero no vino hoy así que estaba ahí solo, a las cinco de la tarde con el sol cayendo empezando a dar paso a la noche, bebiendo soda de naranja, de vez en cuando pasaban uno que otro auto, el ambiente estaba bastante tranquilo.

—Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? —una voz masculina apareció en el lugar, un alfa (a juzgar por su aroma) de cabello gris, cacheta de cuero y varios piercing, uno en el labio, otro en la ceja y en la oreja se acercó a él, con una sonrisa extraña—. ¿Estás solito, omega?

—Qué te importa —frunció el ceño, volteando a otra parte. No era un omega roto, pero su conexión intima con Sunghoon era tan fuerte de su parte que repudiaba a cualquier alfa que no fuera Park Sunghoon.

—Con que contestando mal eh —el alfa rió, era considerablemente más alto que él y se acercó a él, en un movimiento rápido agarrandolo del cuello de su camisa, buscando entre su hombro y cuello algún indicio de una marca, no pudiendo encontrar nada—. No estás marcado, ¿no te gustaría pasar el rato conmigo, omega?

—No gracias —aun con la lata en su mano, se levantó de donde estaba, tomando su bolsa y empezando a caminar para irse a su casa, sin embargo, el alfa lo tomó por los hombros haciendo que volteara a donde estaba—. ¿Qué hace-

Sintió los labios de aquel alfa sobre los suyos, en un beso descuidado y brusco, frunció el ceño forcejeando para safarse del agarre de aquel chico, en un intento fallido, apoderándose de él la desesperación al sentir sus manos en su cintura.

Repentinamente el alfa se despegó de él y escucho un golpe en seco, enfocando su vista se encontró a cierto pelinegro delante de él mirando con rabia al otro alfa quien yacía en el piso, tomando su mejilla en donde ahora tenía una herida.

—¿Qué crees que haces? —el alfa se levantó del suelo, con un tomo venenoso adornando sus palabras, acercándose a Sunghoon quedando cara a cara.

—No te acerques al omega —el tono frío y serio de Sunghoon lo hizo estremecer, a pesar de que la mayoría del tiempo su tono era diligente y serio hacia los demás, esta vez se escuchó diferente, ¿rabia, celos? ¿que podía ser?

—¿Es tu omega? —preguntó en una mueca de burla he incredulidad, pasando su vista por Sunoo haciéndolo estremecer en una mueca de asco—. Si no lo marcas, bro, puede llegar cualquier otro y quitártelo.

—Ese no es tu problema —lo siguiente fue el pelinegro, agarrandolo de la muñeca para llevarlo lejos, lo llevó arrastrado cual muñequito por varias calles, el más alto parecía echar humo por las orejas.

—Oiga... Sunghoon...

—¿Dónde vives? Te llevare a tu casa.

𝗕𝗿𝗼𝘂𝗴𝗵𝘁 𝘁𝗵𝗲 𝗵𝗲𝗮𝘁 𝗯𝗮𝗰𝗸 | 𝐒𝐔𝐍𝐒𝐔𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora