Now that we don't talk (POLIN) 💛

353 45 10
                                    

Estar sola no le sentaba nada bien. 

Estar sola no era lo mejor en su situación, ¿Pero que más podía hacer?

Penélope estaba en su habitación luego de una temporada fatídica y caótica que había terminado mal. Incluso cuando hubiera decidido aferrarse a lo único que le quedaba tras perder a su mejor amiga y terminar con el corazón roto, la emoción que la embargaba no era nada sencilla de llevar. 

Tenía las cartas de Colin sobre la cama mientras estaba sentada viéndolas todas. Se había enamorado del hombre de las palabras, y aunque lo amara desde antes, las cartas le habían mostrado a uno diferente, uno que creyó podía verla como algo más. —No puedo ser tu amiga. -dijo pasando los dedos por encima de la tinta seca antes de recogerlas todas para volverlas a guardar con una cinta que las mantenía atadas. Las puso en uno de sus baúles y decidió no pensar en lo que sucedería después. Era evidente para ella que no podía seguir esperando que mágicamente la notara, eso no sucedería. Sería difícil ignorarlo pero en cuanto a amistades solo se concentraría en recuperar la de Eloise. 

Escribió una nota y se la envió. 

Y aunque esperó, no hubo respuesta. 

No pudo hacer mucho al respecto pues todas las grandes familias comenzaron a irse al campo en cuanto se acabó la temporada y los chismes en la ciudad, hastiados. No podía aferrarse a Whistledown pues ¿Qué iba a decir? No había nada que contar así que también tuvo que empacar e irse sin poder deshacerse de las cartas de Colin, que, aunque juró que no irían con ella, terminaron en  el baúl que llevaba sus cosas. 

“Tu amor es una fantasía no correspondida”

“Eres solamente la fea del baile y ya”

“Jamás soñaría con cortejar a Penélope Featherington”


Habían dicho la verdad. Ella no encajaba en la sociedad. Era una niña jugando a ser mayor cuando realmente su mente estaba puesta en otros sueños. No era hermosa como otras debutantes y era ignorada por la mayoría —por no decir todos— y ya que nunca había sido la “sensación” del momento, alguien tan alejado de los círculos en los cuales Colin se movía, ella no sería jamás vista por él. —No entiendo porque estás con tanta pesadumbre. -dijo su madre al entrar en su habitación en la casa de campo y verla aún acostada en la cama. —Tus hermanas decidieron ir a pasear ¿No quieres salir y tomar el sol, Penélope?

Estaba abrazando una de sus almohadas, solo negó y Portia cerró la puerta al verla de aquella forma. En cuanto se volteó, Penélope vio a su madre realmente preocupada por ella. Era una primera vez. 

Se sentó en la cama y se acomodó la manta que la cubría. —Estuviste llorando. -esa era una afirmación y es que sus ojos rojos seguro la delataban y la nariz hinchada era otra señal. Su madre se sentó al borde de la cama y le tomó la mano a Penélope. —¿Qué sucede?

—Nada. Solo que estoy cansada de ser un desastre. 

—Penélope. 

—Mamá. -la interrumpió negando y suspiró. —no digas que no, incluso tú has sido consciente de que no soy la señorita más hermosa de todas, que hay cosas en mí que sería mejor cambiar. Y soy una tonta creyendo que encontraría algo real siendo así. 

—Lo dices por el señor Bridgerton, ¿Cierto? -Portia vio a su hija bajar la mirada, como si hubiera sido atrapada y solo soltó el aire. —No es como que fuera un secreto, lo tienes escrito en toda la cara. Lo buscabas en cada baile alzando el cuello como un avestruz. Por eso te dije que dejaras eso, enamorarse de un hombre así que no ve más allá de su nariz solo causa problemas. 

Penélope rio un poco con el comentario de su madre y le tomó la mano con más fuerza. —Tengo que confesar. -Su madre le prestó atención y Penélope la miró. —Estuve enviando cartas al señor Bridgerton. Él comenzó enviando una mientras estuvo en su viaje a Grecia y a esa siguió otra y otra. Oculté las cartas porque no quería que se burlaran de eso y solo las leía una y otra vez intentando descifrar que significaban. Pero no eran nada, no significaban nada. Ahora decidí no hablarle otra vez. 

—Supongo que aún las tienes. -Penélope asintió y sin que su madre se lo pidiera le dio algunas y ella las leyó en silencio. Luego de unos minutos se las regresó y solo la miró con algo de tristeza. —Supongo que es mejor que es mejor así.

One-Shots Bridgerton Donde viven las historias. Descúbrelo ahora