Taste Like Strawberries ZeeNuNew

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Cuando el omega de NuNew se topó con el alfa de Zee, prácticamente parecía brincar en su interior. Se quedó embelesado desde el primer día que lo vio, cuando su hermano mayor llamado Max lo llevó a la casa donde estaban viviendo.

Con sus prendas de color oscuro y el cabello negro, NuNew deseaba enterrar sus dedos en aquellos finos cabellos para comprobar si resultaban ser tan suaves como parecía. Con aquellos orbes oscuros que resultaron atrapantes desde el primer momento que se posaron sobre él y aquellos finos labios con los cuales había fantaseado más de una vez.

Recuerda muy bien ese día. Tal vez debería comenzar a explicar desde el principio.

Su hermano Max, un alfa de aspecto rudo pero que en realidad era la persona más linda y respetuosa que conocía, llegó un día a la casa que ambos compartían.

NuNew no vivía con sus padres porque tomó la decisión de mudarse con su hermano mayor cuando Max lo invitó a irse con él, pues quería su independencia al entrar a la universidad.

El omega se mudó con su hermano cuando NuNew tenía quince años y Max dieciocho.

Y bueno, poco después de mudarse, su hermano llegó saltando de felicidad, pero no estaba solo, lo acompañaba otro chico casi de su edad. NuNew se quedó impresionado cuando lo vio, tan imponente desde el principio, con una sonrisa amable que hizo colisionar la mente del pobre NuNew.

Todavía lo recuerda y siente sus piernas temblar de los nervios.

Fue un día como cualquier otro, NuNew lo vio entrando a su casa, detrás de Max. Un chico un poco más bajo que su hermano, vestido totalmente de negro, NuNew ahogó un jadeo sorprendido al ver su aspecto casi desaliñado, una chamarra de cuero cubriéndolo y su cabello despeinado.

Max los presentó, Zee estrechó su mano de forma amigable y después de eso, todo pasó muy rápido.

Pasó a sentirse atraído por Zee, a en serio estar enamorado de él.

De él y sus hermosos ojos, de su aroma tan embriagante a whiskey y su sonrisa sencilla.

NuNew no creía que pudiera desear más a un alfa que no fuera Zee. Ansiaba tener la fortuna de ser tocado por Zee, de sentir sus grandes manos en su cintura y besos en su cadera. De impregnarse del aroma del alfa y aferrarse a él, deseaba tocarlo y que le correspondiera.

Deseaba que el alfa estuviese igual de enamorado como lo estaba NuNew.

Pero con el tiempo, el omega se sentía cada vez más abatido, sin importar lo mucho que intentara acercarse a él. Todavía era difícil acostumbrarse a él, a veces se ponía tan nervioso que tenía que salir huyendo de inmediato y seguir queriéndolo entre las sombras.

Pero Zee no se lo ponía tan fácil, con su porte dominante pero una sonrisa gentil conseguía desarmar por completo a NuNew. No hablaban mucho, principalmente porque el omega era un poco tímido y a la pequeña muestra de amabilidad, ya estaba dejando el lugar para que Zee no notara sus mejillas teñidas de color carmín.

Sin saber cómo, el alfa había logrado atrapar al pequeño omega con su carácter fuerte, su inteligencia y su bondad, con su embriagador aroma, sus ojos y la sonrisa ladeada que a veces le dedicaba.

NuNew sentía a su omega regocijarse en su pecho cuando estaba cerca de él. ¿Zee sentiría lo mismo?

Lo más probable era que no. Y eso hacía que el chico de pestañas delicadas y labios color cereza, se sintiera triste y rechazado. Porque entonces las inseguridades se adueñaban de él y comenzaba a preguntarse todas las noches qué estaba mal con él. No creía que fuera tan desagradable, era un omega bonito y delicado. Sencillo y cariñoso. ¿Zee alguna vez vería eso?