Ꜥꜥֶָ֢🍪ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo O1

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⠀⠀⠀𐙚 koo top! tete bottom!
⠀⠀⠀𐙚 soft. fluff. romance.
⠀⠀⠀𐙚 etéreo gráfico © sooryux
⠀⠀⠀𐙚 adaptación © andyalfresi

La alarma del teléfono ya había sonado tres veces, mismas que fueron rechazadas e ignoradas por el Alfa, que seguía dormido envuelto entre la maraña de sábanas de su cama

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La alarma del teléfono ya había sonado tres veces, mismas que fueron rechazadas e ignoradas por el Alfa, que seguía dormido envuelto entre la maraña de sábanas de su cama.

Era domingo, y se arrepentía de no haber desactivado la alarma del fin de semana.

Se descubrió el rostro de las cobijas y parpadeo un par de veces ante la tenue luz matutina y se quedó mirando el techo blanco pensando de banalidades y en la posibilidad de volver a dormir, pero un ruido en la calle lo hizo fruncir el ceño.

Eran pequeños golpeteos y objetos chocar entre sí.

Agudizó el oído y de inmediato se levantó como si su vida dependiera de ello, se asomó por la ventana, mostrando apenas sus ojos azules.

TaeHyung estaba en la acera de su casa, sacando la basura. Vestía ropa de pijama calientita y tenía un beanie cubriendo su cabeza, que le alejaba las hebras de su perfecto rostro. JungKook suspiró, y sin darse cuenta fue asomándose un poco más por la ventana hasta que la mitad de su torso quedó al descubierto.

Ahí lo vio mejor, el Omega bebía de una chocolatada en botella mientras no hacía absolutamente nada más que estar parado fuera de su casa, JungKook suspiró.

Estaba totalmente embobado viendo a su vecino, que no se percató de cuando su perro despertó y corrió a asomarse por la ventana también, haciendo un ruido enorme cuando el can pegó en la ventana y comenzó a ladrar hacia TaeHyung.

El castaño al otro lado de la calle pegó un brinquito y giró su vista a donde el ruido había llamado su atención y sonrió de lado, levantando una mano para saludar a JungKook que estaba estático tras la ventana y con los ojos muy abiertos.

Se tiró al suelo totalmente sonrojado y lleno de nervios.

— Mierda, ¡Bam! Baja de ahí, ¡Nos ha visto! — Le habló a su perro, que siguió ladrando hacia ventana hasta que, al parecer, el Omega se fue — No puedes ladrarle cada que lo veas, es grosero y lo asustas — Dijo acariciando al enorme canino.

Dejó su cabeza recargada en la pared y suspiró, más calmado de los nervios. Aunque debía estar acostumbrado, no era la primera vez que TaeHyung lo descubría mirándolo por culpa de Bam que le ladraba seguido donde lo viera, no le caía muy bien, aunque eso era más o menos bueno, pues cada vez que Bam ladraba era porque TaeHyung rondaba por ahí, y JungKook podía asomarse "discretamente" a verlo.

Decidió que había sido suficiente emoción por ese momento y se volvió a tirar a su cama con Bam a su lado, ambos se quedaron dormidos.

Despertó pasadas las once de la mañana, cuando Bam le jalaba la cobija para ser atendido. JungKook se levantó, y se dio cuenta que sus padres ya se habían ido cuando encontró la casa vacía.

Le dio de comer a Bam, y desayunó antes de ir a cambiarse por algo abrigador para salir a pasear a su mascota.

El día estaba frío, pero no hacía aire y eso estaba bien. Bam iba a delante olfateando la calle mientras JungKook lo sostenía de la correa.

— ¿A dónde quieres ir amigo? — Preguntó a un Bam que buscaba desesperadamente algo.

Sintió un jalón que lo hizo seguir el ritmo de su perro y cuando doblaron en una esquina el Alfa se congeló y se quedó parado al instante, haciendo que Bam casi lo tumbara sobre la banqueta.

— T-TaeHyung — Titubeó JungKook al Omega que estaba recargado en un poste, con los hombros encogidos y casi temblando por los ladridos del perro hacia él.

— Ho-Hola JungKook, tu... tu perro, el... — Hablo bajito con la voz temblorosa.

Jeon aspiró el ambiente discretamente, un rico olor a durazno mezclado con algo un poco más agrio llegó a sus fosas. Sus pupilas se dilataron.

«Tiene miedo», pensó, «pero huele tan bien»

— JungKook... — El suave llamado lo hizo salir de su cabeza y reaccionar.

— Si, si, yo... lo siento, Bam, abajo ahora — El can solo parecía querer abalanzarse a TaeHyung y el Alfa no tenía idea de que hacer — ¡Bam!

El perro pareció calmarse y solo se acercó más a TaeHyung a olfatear su parte trasera, el Omega se puso demasiado rojo e incómodo.

— ¡Bam! — Regañó JungKook, y jaló a su perro para alejarlo del asustado Omega — Lo siento de verdad, no sé qué le pasa.

— No, está bien — Habló TaeHyung con la voz más dulce que el rubio hubiese escuchado — Yo creo que olía mis galletas.

El Omega sacó del bolsillo un paquete de galletas abierto y sacó una, tendiéndosela temblorosamente a Bam, que la tomó y la devoró al segundo, se sentó esperando más, y el Omega le dio la última.

JungKook lo miraba embelesado.

— Ya no tengo amigo, lo siento — Se disculpó el Omega con Bam, que esperaba otra.

— TaeHyung — Fue lo único que salió de los labios de un atontado Alfa.

— Hola JungKook, ¿cómo estás? — Preguntó escondiendo sus manos en las mangas de su suéter.

— Súper — Habló fuerte, nervioso — Quiero decir, salí a pasear a mi perro.

— Si, pude notarlo — Dijo con una media sonrisa.

JungKook seguía mirando al Omega, que no sabía que más hacer y miraba a todos lados, creyó que era tiempo de reaccionar.

— ¿Vas a casa? — Le preguntó apresurado, ignorando a Bam que rodeaba a ambos cuerpos.

— Si, ¿y tú?

Ahora sí.

— También. Podemos, podemos ir juntos si quieres — TaeHyung se mordió el labio inferior y miró a Bam, pensando si era buena idea — Lo mantendré alejado, lo prometo — Agregó como si leyera los pensamientos de Omega.

— Está bien, gracias.

JungKook asintió y dejó que el Omega caminara primero y cuando estuvo lo suficientemente lejos se inclinó hacia Bam.

— Tu y yo vamos a hablar.

— Tu y yo vamos a hablar

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