Ꜥꜥֶָ֢🍪ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo O8

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Las galletas estuvieron listas veinte minutos después, la casa olía delicioso y había anochecido

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Las galletas estuvieron listas veinte minutos después, la casa olía delicioso y había anochecido. Después de limpiar lo que habían usado, y que JungKook gruñera un poco porque odiaba lavar trastes, se encontraban subiendo las escaleras rumbo a la habitación del Omega con un plato de galletas y el chocolate caliente.

Al entrar, vio lo bonita que era la habitación de TaeHyung. No era muy grande, tenía una cama matrimonial en la orilla izquierda y un mueble de noche al lado. Las paredes eran blancas con algunas flores que colgaban y dibujos o libros por todos lados. Su vista dio a un montón de almohadas y telas que estaban tiradas en la otra esquina de la habitación, y ahí estaba una de las sudaderas de JungKook que le había dado un día que el pequeño tenía frío.

«Es su nido», pensó, y le encantó.

— Aquí es mi pequeño bunker — Dijo el Omega, tomando una pequeña mesita de cama y poniendo ahí las galletas. JungKook dejó también el chocolate.

— Es muy linda, Omega, digna de ti.

TaeHyung sonrió y se agachó para recostarse en su nido. JungKook no esperaba eso.

— Ven, Alfa — Palmoteó a su lado. Jeon apenas dio unos pasos.

— ¿Puedo entrar, Omega?

— ¡Sí! Es calientito.

JungKook quitó sus zapatos y, después de apagar la luz, entró gateando hasta quedar al lado del menor, en la orilla. TaeHyung estaba del lado de la pared; quedaron un poco a oscuras.

— ¿Te gusta? — Preguntó el castañito.

— Sí, Tae, es muy cómodo.

Kim asintió satisfecho y encendió la televisión, iluminando la habitación con la película que habían elegido ver. JungKook estaba con la espalda recargada en una almohada y TaeHyung estaba a su lado, recostado en su pecho, con una mano del mayor abrazándole por la espalda y su mano en la cintura. TaeHyung le pedía galletas ya que él no las alcanzaba por estar tan a la orilla, así que JungKook lo alimentaba gustosamente.

Hubo un momento de silencio por parte del Omega en el que JungKook creyó que ya se había dormido, pero solo era porque realmente estaba embobado en la televisión.

— Kook, ¿podrías darme una galleta? ¿Por favor? — Le pidió, sin dejar de ver la pantalla.

— Solo me has pedido galletas en todo este rato — Se quejó con un puchero. TaeHyung levantó su cabeza para verlo.

— Pero solo quiero una — Habló bajito.

— Yo también quiero pedirte algo.

— ¿Qué cosa? — Se enderezó.

— ¿Qué te parece si te doy una galleta por un beso?

El Omega quedó atónito, pero vamos, eran galletas a cambio de besos de JungKook, así que aceptó y se acercó a dejar un beso en la mejilla del Alfa.

— Uhm, no lo sé, no estoy muy convencido — Dijo el ojiazul.

TaeHyung entonces le dio otro en la comisura de sus labios.

— Puedes probar un poco más cerca.

El castaño asintió y tomó discretamente un poco de aire para acercar sus labios a los del Alfa, presionando unos segundos antes de separarse. A JungKook le hormiguearon los labios, y sintió una fuerte vibración en su pecho, al igual que el Omega.

Se vieron unos segundos a los ojos y, sin pensarlo más, TaeHyung se acercó a JungKook, atrapando sus labios en un beso suave y delicado. Sintió sus caderas ser presionadas por las grandes manos del ojiazul, y tuvo la necesidad de inclinar su cabeza a un lado cuando el rubio empezó a cepillar sus labios con su lengua.

Soltó un suspiro y abrió un poco la boca, dejando al Alfa al mando del beso. JungKook lo recostó en el nido totalmente, recargando su peso en su brazo mientras que con el otro acariciaba la mejilla de TaeHyung. Se separaron un poco, agitados, con los labios húmedos.

— ¿Aún quieres esa galleta? — Preguntó Jeon, a centímetros de su rostro.

— N-no — Le respondió el castaño, tomándolo del rostro y acercándolo para besarlo de nuevo, más intenso, más necesitado.

JungKook bajó su mano para acariciar el abdomen del menor por encima de la pijama, pero en un momento se atrevió a meterla debajo de la tela para tocar su pancita tibia. El Omega sintió cosquillas en su vientre y luego dejó salir un jadeo en la boca del Alfa.

— K-Kook — Lo llamó el menor una vez que se separaron.

— ¿Sí?

— Quédate conmigo esta noche.

TaeHyung tenía sus manos en el pecho de JungKook, y el ojiazul aún mantenía su mano dentro de la pijama del menor.

— No me pensaba ir de todos modos.

El Omega rió y JungKook dejó un último beso en sus labios, para volver a acomodarse como estaban. No quería que esos besos inocentes subieran de tono, no aún.

— Toma tu galleta — Le dio una galleta al castaño, que le agradeció con un beso más y después de comerla se escondió en el cuello del Alfa, oliendo su cuello y tratando de relajarse.

— Tengo sueño, Alfa.

JungKook apagó la televisión, dejando la película a la mitad, y luego los cubrió a ambos con una manta. El Omega volvió a aspirar el rico olor de su Alfa una vez que se escondió entre su cuello.

— Duerme, Omega, estaré aquí — Le dijo, acariciando sus hebras y concentrándose también en el ligero olor a durazno que tenía el nido.

— Buenas noches, Alfa.

— Buenas noches, Omega, te quiero.

Y TaeHyung sintió de nuevo esas cosquillas en su abdomen, haciendo que se acurrucara más en JungKook.

— Yo también te quiero — Respondió antes de quedarse dormido entre los brazos del ojiazul.

— Yo también te quiero — Respondió antes de quedarse dormido entre los brazos del ojiazul

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