el bosque

5 1 3
                                    


El bosque

Tras tres meses largos llego el invierno. Los copos de nieve cayendo directo al suelo del bosque. Solo se podían escuchar el sonido de la naturaleza; los pájaros cantando, un par de pisadas de mamíferos o aves que intentaban alimentarse con lo escaso que podía ser el invierno.
Pero la paz fue interrumpida cuando un par de pisadas humanas cruzaron por el lugar deshabitado por la misma raza. Las pisadas del mismo se undian en la nieve, dejando huellas que luego desaparecerá por la tormenta que se avecinaba desde el sur hasta el norte de ese reino.

Para algunos la nieve era lo más divertido, podías armas muñecos de nieve, una pequeña guerra con ella, el trineo que por fin luego de meses de estar cubierto de polvo fue limpiado para ser usado en grandes o pequeñas montañas de nieve. Había muchas cosas que podías hacer en la nieve. Pero a madeleine tenía otra cosa en mente para hacer en ella.

Madeleine se acercaba aun más a la profundidad del bosque, no quería que nadie sepa que estuvo en ese mismo bosque en el cual algunos niños salían a divertirse con sus amigos. Cada vez más cerca de su cometido, sus pasos se volvían más rápido. Pero por la carga extra que llevaba en una gran bolsa no pudo ir demasiado lejos antes de detenerse en un gran árbol hueco.

—mierda... ¡esto pesa una barbaridad!

Menciono el rubio antes de abofetearse a sí mismo.

A su madre no le gustaría que esas malas y sucias palabras salieran de su linda boca.

El rápidamente puso la gran bolsa en una de las grandes raíces del mismo árbol luego se dejándose caer en el gran tronco, apoyándose y teniendo cuidado de no romperlo por su peso. Aparto la vista de la bolsa negra y se percato del resto del bosque, era hermosa la vista; Desde los grandes pinos lleno de hojas verdes entre mezclado con la fría nieve hasta la pequeña cantidad de animales que todavía estaban andaban por ahí.

Su sonrisa apareció en su rostro. Le parecía tranquilo y placentero de ver el lugar.

Estuvo asi por un rato antes de notar el mal olor que venía de la bolsa. «mierda, debería comenzar ahora» pensó, sacando su pala que estaba al lado de él. Se dirigió a un lado del árbol y empezó a cavar la nieve.

Con esfuerzo y dedicación, pudo hacer un gran hoyo en menos de media hora, perfecto para tirar la bolsa. Pero antes de hacerlo de hecho un último vistazo.

La abrió y vio a su querido espresso ya fallecido. Su aspecto era grotesco, era un espectáculo nauseabundo y hediondo, con su piel cubierta por manchas negruzcas e hinchada. Tenía los ojos vidriosos y vacíos, y la piel y las extremidades se veían flácidas y pálidas debido a la descomposición y al paso del tiempo.

Y su olor... ni hablar de ello, era horrible el olor que salia del cadáver. Te harían vomitar en menos de lo que cantaría un gallo.
Pero a madeleine nisiquiera le importaría si estuviera muerto o vivo. El lo amaría sin importar que.

Si, madeleine lo amaba desde que lo vio por primera vez que llego al reino. Desde su pelo castaño hasta su piel morena. No habia ningún día en que caminara hacia su casa para intentar enemorarlo pero siempre terminaba en un rechazo doloroso. Tantas noches sin dormir por culpa de cada rechazos y maltratos que recibía del otro, terminando en solo sollozos y llantos hasta quedarse dormido con sus ojos rojos y llenos de lágrimas. El desearía que no fuera así su "enamoramiento".

Algunos decían que lo dejara, que no valía la pena todo el dolor que pasaba y que pasaría si seguía con esto. Pero el estaba tan metido en su enamoramiento que nisiquiera en su cabeza quedaban esas palabras.

Regresando con el tieso y el bosque.

Madeleine se le quedó mirando, deseando que el destino no fuera así. No deseaba haberlo matado de es forma sin embargo no pudo evitar acercarse aun más y besarlo. Sabía tan mal que le hacía llorar pero aún así siguió y siguió besandolo para luego tomarlo entre sus brazos. El deseaba con todas sus ganas y creencias que el siguiera vivo, que el diera el beso que el siempre deseo y que lo amara hasta que los dos murieran. Pero no fue así. Ahora se encontraba besando a un cadáver. Tampoco era una persona Necrofilico (no se si se decía asi jeje). Pero una oportunidad como esta no se rechaza.

Seria un último acto de despedida.

Empezó con un par de besos por ahí y por haya, sin embargo se le escapo algunos sonidos obscenos como arcadas para luego vomitar en el pozo por su horrible sabor. Eso no le detuvo para desabrochar el pantalón y dejarlo caer entre sus muslos hasta las rodillas, el no mentiría si dijera que en ese momento estaba temblando de frío por el mal clima y del cadaver.

Lo tomo fácilmente, al ya tenerlo desnudo le facilito la entrada antes de meterse dentro de el. No se sentía tan bien como había pensado, aunque le excito al solo pensarlo. Tenía en mente otra cosa más que estar cogiendose a un cadáver...

Imaginaba como se sentiría si estuviera vivo, gimiendo su nombre entre jadeos y su propia excitacion. Rasguñando su espalda con la mano para que fuera más lento.
Esos pensamientos lo llevaron a un placer que el nisiquiera conocía a fondo. Haciendo que empezaba a embestirlo más rápido, escuchando sus gemidos placenteros como dolorosos al pincipio, hasta que se acostumbre y escucharlo temblar con cada movimiento fuerte y rápido. Aumento el calor del momento como sus embestidas. El mismo jadeaba y gemia en vos baja por su imaginación tan esquerosa.

Estuvo por media hora así hasta que sintió que iba a terminar, dejando que su bestialidad saliera a la luz, empujándolo como si fuera a romperlo en dos. Cuando por fin llego, se corrió dentro de el. Empezando a jadear por aire al salirse dentro de el y ponerse la ropa lo más rápido posible al sentir que el viento helado lo invadió.

Se sintió apenado y un poco asqueroso al hacer eso a alguien que ya estaba muerto,
Pero ya no importaba. Nadie iba a saber que el hizo eso, o bueno, durante un tiempo puede vivir en paz antes de que todo el mundo se entere de la atrocidad que cometió.

Así, miro el cadáver ya destrozado por lo que le había hecho. No está feliz del todo, le gustaria haberlo hecho con la gran persona que fue el. Pero ya era tarde y la noche se avecinaba.

Tiro el cadáver en el pozo con cuidado, no quería que se lastimara con algo. Si, el seguía siendo un idiota después de todo, pensando que un cadáver se puede lastimar o sentir dolor luego de morir. Luego de eso, agarró nuevamente la palabra y empezó a tirarle tierra.

Aunque fuera divertido para el caballero, nada dura para siempre...

Hasta el delicioso estofado que habia hecho su madre hace tiempo en su infancia...

Sin embargo, lo que si duraría es su amor por el mago.



















°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°

Jsjsj no pensaba en sacarle una segunda parte, pero aquí estamos.

Gracias por leer y si hay algo que esta mal escrito es que lo escribí así no más sin saber si estaba coherente o no.





Me olvide de poner las advertencia jajsjajsja.

la última cenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora