¡FANFIC DE FORMULA 1, SI NO TE GUSTA NO LEAS Y EVITA TUS MALOS COMENTARIOS!.
¿Se han preguntado porque las personas a las que estamos dispuestas a dar alma y cuerpo no están dispuestas a dar todo por nosotros también?.
Bueno, esta es la Historia de...
Observe a Isabella adentrarse en el box nuevamente, lo que me hace perderla de vista al instante, no pensé en seguirla ni en hablarle, solamente me adentré en el parking y busqué mi auto para entrar en el y esperar a la castaña.
Maldición.... me estoy comportando como un idiota tóxico con ella.
Mi mente empezaba a recordar las estúpidas acciones que había tenido con ella en estos días, que para ella no tenían un motivo más revelan te que mi "estúpida bipolaridad".
No quería darle mis motivos, no ahora.
No tiene la culpa de lo que ahora pasa, no tiene la culpa de que...
En ese momento llegó un mensaje, lo que hizo que mis pensamientos se interrumpieran.
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Me lo pensé 2 veces, estaba en la típica situación de diablillo y ángel.
Mi ángel me recuerda a la castaña, no quería dejarla ahí y mucho menos irme sin avisar, y por otro lado algo me dice que no es el momento.
A la mierda todo, esta vez no me frenará mi remordimiento.
Sin más, encendí mi auto y salí en la dirección que ya tenía en mente a todo dar.
En el primer semáforo, empecé a dudar de lo que hacía... Esa chica me encantaba, no quería dejarla viéndome como un idiota.
Solo tenía que dar una pequeña curva... ¿Me arrepentiré de esto? Tal vez, ¿pero porque esa hermosa castaña apareció en mi momento más vulnerable? Solo pido al cielo que esto no me haga perder todo lo que pude construir en este tiempo.
• Max •
¿Acaso Charles pensaba que le interesaba a Bella? O porque carajo cada vez que pasó a su lado tiene que agarrarla a las malas y hacerme entender con puras acciones que era completamente suya.
Realmente ella era una chica increíble y me hubiese encantado cumplir todas sus expectativas.
Pero si no quería estar conmigo también lo respetaría, pero eso no significaba que dejaría dé hablarle, mucho menos enterado de la situación que estaba pasando con él.
Eran mis pensamientos una vez más.
Cosa que me mantenía tan entretenido, tan concentrado o distraído tal vez.
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De la nada sentí un golpe fuerte en el pecho, grata fue mi sorpresa al darme cuenta que era la cabeza de la castaña.
A quien se le veía frustrada, y tal vez eso hacía que sus cachetes se tornaran color rojo.
Pero que hermosa se veía.
- ¡oye! ¡Cuidado!. -
La castaña aún no se había fijado en quien era, pero definitivamente su enojo hacía que no le importara.
