1

4 3 0
                                    



Juro que le escribiría todas las semanas hasta el día en que su respiración se atascara.

Prometió escribir cada minuto que sus pulmones le dieran un soplo mas de vida, ella lo juro ante Dios, pero ni él pudo hacer que ella cumpliera.

Todo fue un juego ciego ante los ojos del mundo. Nadie se esperaba que la realidad fuera más cruel.




Ella me juró toda su vida y yo le prometí todas mis posesiones, nada más me importaba que ella estuviera a mi lado, ya sea por medio de cartas, o entre mis brazos, siempre y cuando tuviéramos un punto de contacto.

ESPIRALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora