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Llegó la cuarta carta, me mencionó la muerte de Simón, no me ha dicho de su enfermedad, solo que esta triste y hablo de Olympe, no se si debería alegrarme de que Simon no esté en el camino, ella es una mujer enferma y casi inutil ahora, pero la amo con locura, no quiero que nadie más enloquezca de placer entre sus atenciones, es una buena anfitriona, podría ser mi ama de llaves, después de todo solo me tiene a mi, nadie mas la va a querer defectuosa. 

En respuesta de su lamento le ofrecí el trabajo de ser la anfitriona de mi casa, hasta que consiga esposa, no tiene a nadie más que le de ayuda, es mi oportunidad.

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