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Liam se quedó inmóvil, observando cómo Niall desaparecía entre la multitud. El ruido de la fiesta seguía a su alrededor, pero para él, todo se sentía distante, amortiguado, como si estuviera sumergido en un mundo aparte. La culpa y la confusión se entrelazaban en su pecho, creando un nudo que apenas le dejaba respirar. Sabía que Niall tenía razón, había arruinado la oportunidad de su hermano y había dejado claro, sin querer, que sus propios sentimientos hacia Zayn no eran tan simples como quería creer.

Sin embargo, quedarse ahí, en medio del salón de baile, no iba a solucionar nada. Tenía que hablar con Zayn, disculparse por lo sucedido, y quizás, solo quizás, ser honesto con él sobre lo que realmente estaba pasando en su corazón. Aunque la perspectiva de enfrentarse a sus propios sentimientos lo aterraba, no podía seguir huyendo, dañando a todas las personas que ama.

Con esa determinación, Liam dejó la fiesta. Ignoró las miradas curiosas de los invitados y la preocupación en los ojos de algunos de sus amigos. Caminó hasta la salida del bar, buscando en su teléfono el número de Zayn, pero se detuvo antes de llamarlo. No quería tener esa conversación por teléfono, necesitaba verlo en persona.

Salió del bar y respiró profundamente el aire fresco de la noche, tratando de aclarar su mente. Miró hacia algunas camionetas estacionadas y, para su sorpresa, vio a Zayn sentado en uno de los bancos, justo en la entrada. El omega estaba solo, con los brazos cruzados sobre su pecho, mirando el suelo con una expresión perdida. No había rastro de las flores que Niall le había dado, solo la melancolía en su rostro que lo hacía ver más vulnerable de lo que Liam hubiera querido.

Él había causado eso, su omega estaba triste y era su culpa, era un maldito cobarde por no ser capaz de luchar por lo que realmente quiere. 

Liam caminó hacia él con paso lento, tratando de pensar en qué decir. Pero cuando estuvo lo suficientemente cerca como para que Zayn notara su presencia, las palabras que había preparado se desvanecieron.

—Zayn...—Comenzó, su voz apenas un susurro en la quietud de la noche.

Zayn levantó la mirada, sus ojos mieles brillando bajo la luz tenue de la luna. Había un rastro de tristeza en su mirada, mezclado con una pizca de dolor que hizo que el corazón de Liam se apretara aún más, lamentándose cada vez más por causar eso en ese lindo omega.

—¿Qué quieres, Liam?—La voz de Zayn era suave, pero había un borde afilado en ella, una mezcla de decepción y desconfianza que no estaba allí antes. A pesar de que eso era justamente lo que el omega había querido, tener a Liam pidiéndole perdón, delatar a su hermano no era algo que Zayn hubiera visto bien.

Liam se acercó un poco más, pero mantuvo la distancia suficiente para no invadir su espacio. Sabía que había cruzado una línea esa noche y que no podía arreglarlo con una simple disculpa, finalmente había implosionado, los sentimientos que había retenido durante días, ahora ya no podían seguir metidos en una jaula mental.

—Quería... disculparme por lo que pasó adentro—dijo Liam, eligiendo sus palabras con cuidado, no quería que todo volviera a irse de sus manos. —No debí decir lo que dije, ni interferir de esa manera. Lo siento, Zayn. De verdad.

Zayn observó a Liam en silencio durante unos segundos que se sintieron como una eternidad. Luego, suspiró y apartó la mirada, volviendo a fijarse en el suelo, sintiendo la cálida mano de Liam acariciando sus hombros, sabiendo exactamente como tocarle, haciendo a su omega ronronear, haciéndole sentir seguro y protegido.

—Liam, no entiendo lo que estás haciendo—admitió Zayn, su voz ahora más tranquila pero aún llena de confusión. —Un día me ignoras, al siguiente estás celoso porque Niall me invita a una fiesta, y luego arruinas la única noche que realmente me estaba divirtiendo. ¿Qué es lo que quieres de mí?—El Zayn coqueto desaparece durante esa frase, dejando ver una versión suya que ni si quiera él mismo conocía, estaba siendo afectado con la situación con Liam, estaba siendo vulnerable.

𝗗𝗲𝗹𝗶𝗰𝗮𝘁𝗲 (𝘡𝘪𝘢𝘮 𝘔𝘢𝘺𝘯𝘦)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora