Creía tener lo suficiente para tener una buena vida o al menos sobrevivir, tenía demasiado dinero y mucho tiempo libre pero realmente no sabía qué hacer, no sabía como desperdiciar su tiempo, por eso estaba en la calle todo el día, así sería capaz de estar activo y desperdiciar su energía acumulada, algunas veces creía que jamás se iba a acabar. Teniendo dinero de sobra solo era un adulto irresponsable que gastaba dinero en cosas totalmente inútiles que iba por la calle vestido de rojo, para los demás él era un raro, un imbécil que intentaba imitar a Spiderman, sin embargo, nadie sabía que él era un gran fan de Spiderman.
Algo de lo que estaba muy agradecido era de tener tantos amigos, todo el mundo lo adoraba, sobre todo el chico que estaba siempre en el bar, amaba hablar con él, eran mejores amigos.
—Cállate imbécil—murmuró harto clavando sus garras en su pierna, Wooyoung había soltado un pequeño quejido que había llamado la atención de todos, incluso el encargado había ido a ver qué sucedía.
—Señor Deadpool, ya le hemos dicho varias veces que tiene la entrada prohibida a este bar por molestar a los clientes, le pedimos amablemente que se vaya—el encargado del bar trató de hablarle con calma y Wooyoung lo miró atentamente asintiendo.
—Entiendo...¿Me lo habías dicho antes?
—Unas diez veces, venga, yo lo acompaño—lo agarró del brazo y lo alzó casi arrastrándolo.
—¡Miiin, veamonos fuera a las ocho en el restaurante de hamburguesas! ¡Te espero!—exclamó con una gran sonrisa antes de que lo tiren fuera.
—En tus sueños—bufó rodando los ojos.
El hombre tiró fuera a Wooyoung y le cerró la puerta en la cara dejándolo un poco aturdido, se había golpeado la cabeza pero se le había quitado de inmediato. Se alzó limpiando su traje y siguió con su camino esperando encontrar a Spiderman en el camino, estaba seguro de que su nuevo amigo iba a aceptar comer unas chimichangas con él, iba a compartir su platillo preferido con con uno de sus nuevos mejores amigos y eso era emocionante, caminó y caminó por horas escuchando música pero jamás encontró a Spiderman en ninguna parte, tal vez ese día las calles estaban muy tranquilas como para salir a patrullar un poco. Aburrido y obstinado de la soledad se sentó en una terraza y empezó a observar todo a su alrededor pensando en qué hacer antes de las ocho que se iba a encontrar con su mejor amigo, esperaba esa hora con ansias. Mientras veía a su alrededor se concentró en el paisaje, en el atardecer en frente de él, era encantador, pero no fue capaz de retener su atención en él porque inició a jugar juegos en su teléfono hasta que dieron las ocho y corrió al puesto de hamburguesas para esperarlo.
Estuvo parado ahí por horas, muchas horas y su mejor amigo no había aparecido en ningún momento, incluso lo había intentado llamar pero le decía que era imposible encontrar el número, eso lo desesperaba un poco, sus manos habían empezado a temblar y sus ojos a ver a todas partes para tratar de encontrarlo, no había nadie, a esa hora ya nadie estaba en la calle, solo un par de autos.
—Ya es tarde Pool, creo que deberías volver a casa, yo debo cerrar y volver a casa, me espera mi esposa.
—Pero él aún no llega, me dijo que vendría.
—¿A quién esperas esta vez?
—A Wolverine, me dijo que vendría.
—El mismo de siempre, no va a venir, rindete.
—Yo sé que él vendrá ¡Míralo! ¡Ahí está!—exclamó emocionado cuando lo vió del otro lado de la calle tratando de cubrirse con su chaqueta para no ser visto— ¡Hola!—cruzó la calle corriendo y casi se tira sobre él pero un dolor agudo en su abdomen lo detuvo.
—Ni se te ocurra tocarme—sacó sus garras de ahí y siguió caminando, Wooyoung se tocaba como si fuera la cosa más dolorosa del mundo aunque tuviera cierta resistencia al dolor, pero era normal que sea muy dramático.
Rendido al ser dejado atrás solo pensó que quizás el hombre de las hamburguesas tenía razón decidió que era momento de volver a su casa. Caminó en silencio hasta su casa logrando escuchar las voces de su cabeza que hablaban de cosas insignificantes, no estaba muy interesado en su conversación así que no irrumpió y siguió hasta llegar a su casa, ahí se quitó la máscara y se vió en el espejo, se veía terrible pero no le dió mucha importancia y se fue directamente a su habitación, antes de entrar le había dado las buenas nochesa todos y fue con su objeto favorito que era un unicornio de peluche que lo esperaba en su cama. Se quitó el traje y encendió la lámpara de su mesa antes de apagar la luz, así podía ver mejor y ningún bicho lo iba a comer mientras estaba todo oscuro.
—¿Cómo estás? Yo tuve un día muy motivado, tuve una cita—le contó a su peluche con una sonrisa— bueno, dijo que tenía que estar en otro lugar y que en otro momento podemos tener otra ¿No es emocionante? Hoy no vi a Spidey, fue extraño ¿Tú qué opinas? Supongo que opino lo mismo, soy un genio—exclamó alzando las manos— mañana será un día mejor ¡Buenas noches a todos!—exclamó antes de apagar la luz recibiendo como respuesta un profundo silencio— yo también los quiero mucho a ustedes—se dió la vuelta y sonrió pensando en lo increíble que es su vida.
Durante esa noche no pudo dormir, por eso se dedicó a buscar a Spiderman por todos lados cuando amaneció, lo había encontrado en un puesto de malteadas comprando una malteada de fresa con chocolate, eso le había parecido increíble.
—Oh, eres tú—Spiderman lo miró sin una pizca de interés y se dió la vuelta, iba a volver a lo suyo.
—¿Te parece si hoy vamos por unas chimichangas? Conozco un puesto muy bueno.
—No—respondió en seco preparándose para irse.
—Claro ¡Nos vemos en la tarde Spidey! Aquí te espero—sonrió con muchas ganas y Spiderman se fue dejándolo solo en medio de la calle.
Esperaba que Spiderman si vaya a esa cita, así podía sentir que un pedazo de su corazón renacia. Sin embargo, ese día tampoco llegó nadie.
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STUPID HEROES
Fanfictionun antihéroe que no quería ser llamado héroe y una araña escurridiza se encargaban de salvar la ciudad, no eran una pareja de super héroes común, separados eran maravillas y bastante amados, pero cuando estaban juntos eran un tanto...estúpidos.