Las calles del vecindario se veian desiertas, el sonido de los chicos al jugar al beisbol en las calles de aquel pequeño pueblito se habían silenciado y no esperaban oirse sino hasta el día siguiente. Las casas se encontraban a oscuras o con algunas luces prendidas mientras que el fresco viento primaveral de aquel mes de mayo acariciaba su piel. Aunque no había sonido alguno en los alrededores excepto el canto de los grillos, de todas maneras Él oía a Ludwing Van Beethoven tocar la canción" Claro de Luna" en su cabeza mientras se miraba su brazo levantado. El sonido de los lobos al aullar intensificó el dolor que sentía en sus entrañas y sin poder contenerse, sacó una navaja del bolsillo derecho de su pantalón, la abrió y despues procedió a cortarse la blanca piel con el filo de aquella navaja mientras que el aullido de los lobos disminuía en su cabeza mientras que la melodía aumentaba. Mirando una casa solitaria de aquel vecindario en donde solo habitaba un hombre soltero de mediana edad que se quedaba hasta tarde trabajando en los informes y papeleos que llevaría a su oficina al día siguiente. Aquella oscura silueta esbozó una sonrisa mientras se dirigía hacia su siguiente objetivo. Los aullidos volvieron a comenzar y solo acabarían cuando él terminará con su trabajo.
Su amigo de la oficina fue quien lo encontró a la mañana siguiente, el informe que debía presentar era importante para la empresa y al no recibir llamada alguna o excusa de su tardanza, su amigo fue a verlo para corroborar si se encontraba bien. Al llegar, encontró la puerta de madera de la casa abierta, alarmandose, Steve Frix se adentró llamando en voz alta a su compañero, pero no recibió respuesta alguna. No tardó en descubrir un detalle inquietante, las ventanas estaban abiertas de par en par, dejando que el fresco viento entrase a la casa mientras movía las cortinas de color pastel. Alarmandose por ese detalle, Frix subió por las escaleras de madera hacia el segundo piso con rapidez, sujetandose casualmente del pasamanos pobremente lustrado. Al llegar al segundo piso, oyó el sonido de la radio, estaban tocando "Claro de Luna" de Beethoven. Acercandose lentamente por el alfombrado pasillo hasta la última puerta de madera blanca en donde se encontraba el cuarto de su amigo, Frix lo llamó con un tono dubitativo, solo que su voz está vez no fue alta sino baja, casi un susurro. Al no recibir respuesta alguna, tomó el pomo de metal de la puerta y la abrió, encontrandose con el horror que aguardaba detras de ella.
El cuerpo se encontraba desnudo, todos sus miembros habían sido cercenados y sus ojos junto a su lengua arrancados, las visceras se esparcían por el suelo como si fuesen los caramelos de esa horrenda piñata humana que colgaba del techo con varias sogas atadas a su alrededor. Las paredes se encontraban manchadas con sangre y la imagen de una luna llena se encontraba dibujada en ella. Unas letras roja, posiblemente escritas con la misma sangre, simulaban los aullidos de un lobo. Horrorizado y shockeado ante lo que sus ojos contemplaban, Frix arqueó su cuerpo y procedió a vomitar. Respirando con agitación volvió a ver ese cuerpo muerto de quien alguna vez fue su amigo y largó a gritar con horror mientras que Beethoven finalmente terminaba la canción de Claro de Luna.
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REISEN: EL ASESINO DE LA LUNA LLENA
Mystery / ThrillerUna serie de asesinatos a lo largo de Estados Unidos ha puesto a los agentes del F.B.I bajo una cacería sin fin. Tras meses sin poder dar con el asesino, la Agencia decide contactar con su mejor agente dentro del equipo M.O.O.N: Reisen Undogein Inab...