RASTROS DE SANGRE

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Las fotografias en blanco y negro de las victimas se encontraban en la mesa de roble de su escritorio. Asqueado por lo ocurrido, Striker el Capitán de M.O.O.N puso esas fotografias en el cajón del escritorio y lo cerró con fuerzas. Todo estaba empezando otra vez. A un costado de la mesa se encontraba la fotografía de una hermosa mujer de cabello rubio largo junto a un pequeño del mismo tono de cabello y unos ojos azules. Esbozando una nostalgica sonrisa se preguntó a sí mismo cómo estarían. Habían pasado tan solo  dos años desde el divorcio, pero Striker sentía como si hubiesen sido diez años. El viejo cliche del oficial de policia divorciado y casado con su trabajo no era tan falso como muchos creían. Sí, existían matrimonios dentro de las fuerzas de la ley que funcionaban hasta el último día de servicio, pero esos eran los mas resistentes y cuyas parejas no se querían tanto como pensaban pero tampoco buscaban arrancarse la cabeza entre ellos. Algo como el matrimonio no estaba hecho para aquellos oficiales ambiciosos dentro de la fuerza, oficiales que  buscaban ascender como fuese posible y sin importarle las consecuencias, oficiales como Striker.

El matrimonio era un estorbo en sus carreras y por eso su relación con Elis no sirvió. Bueno eso y también el caso en donde perdió su ojo a manos del mismo psicopata que estaban persiguiendo en ese momento. Fue durante el 64, una pareja fue tomada por sorpresa durante la noche por un peligroso psicopata que se encargó de descuartizarlos como si fuesen pescados. Nunca en todos sus años en el F.B.I había visto tal grado de depravación como lo veía en esos cuerpos mutilados que colgaban en las vigas de techo como si de piñatas humanas se trataran. A los pocos meses se dio un crimen similar y luego otro y otro y otro hasta que en Enero del 65, unos meses antes de que iniciara la guerra de Vietnam, lograron dar con el posible sospechoso. Aquel cabrón no poseía una identida propiamente dicha y tampoco se sabía con exactitud que aspecto tenía, pero si sabían dos datos sumamente importantes: siempre atacaba durante las noches de luna llena y siempre elegía personas solitarias o parejas sin hijos para sus asesinatos. 

El asesino seguía una especie de rastro sangriento que Striker y los demas agentes pudieron identificar, aquel cabrón elegía pueblos o estados que formasen una especie de imagen circular, como si quisiera recrear la imagen de la Luna Llena. De ahí que la prensa lo comenzó a llamar: El Asesino de la Luna Llena. Pudiendo deducir el siguiente objetivo de aquel psicopata, Striker dio con dos posibles victimas: una mujer solitaria en un pequeño pueblo de Texas y una pareja que vivía en un modesto vecindario dentro de Las Vegas en Nevada, una proximidad aceptable, pero por desgracia Striker se equivocó, su objetivo era una parejas de ancianos que vivían en el asilo de aquel pueblo. Todavía recordaba aquella noche en cuestión, se veía a sí mismo corriendo por los pasillos del asilo mientras veia con horror aquella masacre que ese desgraciado provocaba, luego lo vio a él, al final del pasillo, con  ese jodido collar conformado por dos ojos cuyas pupilas eran de distinto color, una lengua en el centro y dos orejas al lado de los ojos, casi parecía una enfermisa versión de los accesorios del Señor Cara De Papa. Aquel cabrón tenía su rostro cubierto por una mascara con forma de zorro y largaba aullidos similares a un lobo. Striker le apuntó y le gritó que se rindiera, pero en lugar de levantar las manos, aquel asesino se escabulló de nuevo en el pasillo y Striker tuvo que ir tras él. Las luces se apagaron y despues sintió como aquel hijo de puta le clavaba su puñal en el estomago, intentando abrirle las  visceras, apuntandole con su revolver, le disparó a su hombro, pudiendo herirlo. Sin embargo aquel psicopata lejos de soltar el cuchillo, solo lo retiró de su estomago para clavarselo en el ojo derecho. Striker gritó  de dolor mientras caía al suelo con el arma homicida todavía clavada en su cuenca ocular. Aquel psicopata largaba fuertes rugidos similares a los de un animal herido, siendo seguidos por una potente carcajada que se acentuaba al agacharse y tomar su arma reglamentaria. No dudaba de que su cuerpo hubiese acabado como los de las demas victimas que veía en las fotografía de no ser porque Martinez, su compañero, apuntó y disparó al asesino, hiriendolo de gravedad. El desgraciado logró escabullirse mientras que Martinez socorría a Striker. Despues de eso vinieron los días de rehabilitación en el hospital, varios calmantes y ese maldito parche que tenía en el ojo en ese momento. Las botellas de Wiskhy junto a los analgesicos y las pesadillas fueron lo siguiente en aparecer hasta que luego llegó el divorcio.

Y de no haber sido por la agradable coneja que aparecía en ese momento en su despacho siendo seguido por Billy, entonces lo más probable hubiese sido él se hubiese colgado o volado los sesos con su arma, le debía demasiado a Reisen, quizas más de lo que esa Coneja Espacial podía siquiera empezar a imaginar. Y la mejor parte era que ella ni enterada estaba de dicha deuda que Striker tenía con Reisen.

En cuanto al asesino, pues tras ese combate, desapareció casi como por arte de magia y no se supo nada de él durante diez años hasta ese momento en que volvió a atacar dejando sus rastros de sangre. 

REISEN: EL ASESINO DE LA LUNA LLENADonde viven las historias. Descúbrelo ahora