cicatrices ── e. fernández x j. álvarez

Prólogo

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ㅤEra una noche cálida y tranquila, ideal para pasear, también para desconectarse un poco de los líos que cualquier persona podría llegar a tener, bueno, para Julián era un caso totalmente diferente, su plan era divagar por el parque cercano a su casa, pero esa puedo haber sido la peor decisión, ya que a mitad de camino se topó con una escena que nunca deseó ver.

ㅤSe quedó estático, observando con dolor y lágrimas como su novio se estaba besando con otra persona, sintiendo como su corazón se rompía lentamente con el paso del tiempo en el que ellos no se daban cuenta de su presencia, no fue si no hasta que se separaron para que se acercara con sus manos temblando y su rostro mojado por las gotas saladas que descendían de sus lagrimales, una vez captó la atención, solo recibió una risa cargada de burla por parte de su pareja que terminó por destruir su corazón en pedazos.

── Ya era hora que te enteres.

ㅤLa voz de quien era su novio salió con total burla.

── Entonces... ¿Esto fue a propósito?

ㅤPreguntó el castaño, mirando a ambos con tristeza y decepción, el amante solo atinó a bajar la cabeza.

── Julián, yo nunca te amé, fuiste una estúpida apuesta, si te conquistaba iba a tener la oportunidad de salir con quien verdaderamente amo, aunque te agradezco, gracias a ti estoy con el amor de mi vida.

ㅤTerminando de decir aquello, ambos se fueron dejándolo solo y vulnerable, un chico no mucho mas alto que él se acercó al ver su estado, el de tez pálida seguía shockeado por lo que acababa de suceder, quería que fuera un sueño, pero una voz lo sacó de sus pensamientos.

── Hola, ¿Estás bien?

ㅤSin poder responder, se dejó caer en el suelo de rodillas, llorando de una forma insana, el desconocido rápidamente se agachó a su lado y posó su mano en la espalda del cordobés, tratando de darle algún consuelo.

── Tranquilo, sea lo que haya pasado puedes contarme, relájate, respira.

ㅤPoniendo la otra mano en su pecho, agitado por el llanto, hizo que lo mirara empezando a imitar sus acciones que consistía en inhalar y exhalar para que pueda calmarse, las primeras veces soltaba uno que otro hipido de por medio al haber llorado tan descomunalmente, ahora pudiendo visualizar al ajeno, quien le sonrió al verle mejor.

── ¿Podes pararte?

ㅤPreguntó aún preocupado, tomando su mano para ayudarlo a levantarse, su cuerpo temblaba.

── Soy Pedri, lamento no haberme presentado antes, pero te vi tan mal que no lo pensé.

ㅤHablaba con calma para que el más bajo también se mantuviera así, este teniendo su mirada llorosa en el rostro contrario.

── J-Julián... Me llamo Julián.

ㅤRespondió con su voz temblorosa, sintiendo sus manos ser tomadas con suavidad.

── Eso es, vas bien, ¿Quieres que te acompañe a tu casa?

ㅤDando un asentimiento empezaron a caminar hacia el hogar de Álvarez mientras el último mencionado le contaba lo que le había sucedido, necesitaba descargar todo en ese momento.

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