¿Qué queda para aquel que ha realizado el máximo sacrificio? Tantas marcas sobre su cuerpo, tantos recuerdos doloroso. Ahora, Isuku ni siquiera es una sombra de su pasado, pero agradece cada momento en que puedo enseñar a los nuevos héroes en potenc...
Otro día más en la U.A. No puedo creer que halla pasado un mes desde que inicie como maestro en la que una vez fue mi escuela. El curso de capacitación y los exámenes fueron muy riguroso, y pensé que perdería el cabello en varias ocasiones. Sin embargo, tengo esa mala costumbre de no saber cuando darme por vencido. Una costumbre que no pienso cambiar nunca.
Ahora camino por los pasillos de la institución, y grata es mi satisfacción cada vez que un alumno me llama "Maestro Iruma". Es una sensación muy vigorizante.
Soy maestro titular de un aula de 30 alumnos. Todos excepcionales y prometedora como mis antiguos compañeros y yo una vez lo fuimos. De hecho, me atrevería a decir que incluso son mucho más prometedora qué nosotros. Sin mencionar, que es grande mi satisfacción poder ser el tutor de Kota y Eri-chan, la cual tiene un control increíble sobre sus poderes. Se que será una gran heroínas algún día, siguiendo el ejemplo que Lemillion, Kacha, yo y todos le dimos. Lastima, que ni siquiera su asombrosa habilidad es suficiente para recuperar el One for All. La idea me dio algo de esperanza, pero no quiero presionar a Eri-chan con tal cosa. Se que ella no descanzaré hasta ser capaz de lograrlo, y realmente, no quiero eso para ella. Ya fue prisionera de sus poderes demasiado tiempo.
Y bueno... A eso se ha reducido mi vida. Un profesor de la U.A. que dedica su futuro a entrenar a los nuevos héroes. Uno que llega a la escuela, da sus clases, comparte con sus amigos y luego regresa a a casa... Solo... No me mal interpreten. Adoro mi trabajo, adoro a mis estudiantes. Pero a veces pienso en lo que podría ser, y no puedo evitar sentirme algo triste.
Ver a mis viejos amigos es casi imposible. Ser héroe es un trabajo que no conoce el descanso. Y cada vez reunirnos es más difícil. Creo que la última vez que estuvimos todos, fue en la boda de Kachan con Uraraka. Y ya ha pasado varios meces desde eso. Me pregunto... como estarán.
Ahora, paso unos minutos de mi tarde en un café cerca de la U.A. Las clases terminaron por hoy, y realmente no tengo nada interesante que hacer en casa. Así que preferí tomarme algo de tiempo, tomar un café y leer el periódico, en cuya portada aparecía una imagen de Mineta capturando unos bandidos. Solo un día como cualquier otro...
?????: ¿Deku?
O tal vez no...
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Cuando escuche esa voz deje mi café de lado, aparte mi mirada del periódico y la enfoque en aquella que me había llamado. Y menuda sorpresa me lleve al verla.
Yo: ¿Ippan?
Ippan: Deku... cuanto tiempo sin verte.
Yo: Lo mismo digo. Te ves muy bien.
Ippan: Lo mismo digo. Jiji. Aunque veo que tienes más marca que la última vez que te vi.
Yo: Ah esto... no le prestes atención. Fueron tiempos complicados. Jeje.
Ippan: Ya veo. - Dijo con algo de tristesa. - ¿Puedo invitarte un cafe? - Comento tratando de animarla el ánimo
