Cap 1 Dinanthia: Invocados

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Hace ya mucho tiempo, el mundo de Dinanthia se enfrentó a una crisis sin precedentes. Los recursos comenzaron a escasear, lo que desencadenó una hambruna devastadora y una falta generalizada de materiales en cada reino, trayendo la pobreza y desesperación a las calles. Con el paso de los años, como era de esperar, estalló una guerra interminable por la supremacía sobre los escasos recursos restantes. La batalla más grande de todas fue la contienda entre Eldarion un reino enclavado entre colosales montañas, protegido por la naturaleza misma. Las escarpadas paredes de piedra formaban una barrera casi infranqueable, convirtiendo al reino en una fortaleza natural. Dedicado principalmente a la minería. Las entradas al reino eran estrechas, apenas lo suficientemente amplias como para permitir el paso de dos carruajes al mismo tiempo. Estos angostos caminos, sinuosos y vigilados, proporcionaban una defensa formidable, disuadiendo a posibles invasores y haciendo de este reino un bastión casi inexpugnable. Y Valoria, un reino que se extendía a lo largo de la costa, abrazado por el vasto mar que constituía su principal defensa. Este dominio marítimo ofrecía una barrera natural contra los ataques, haciendo de la retaguardia una defensa formidable, solo el frente del reino permanecía vulnerable a posibles invasiones. Los habitantes, dedicaban sus esfuerzos a la pesca y a la exploración de los inmensos mares que se desplegaban ante ellos. Con sus embarcaciones y habilidades náuticas proporcionando tanto sustento como seguridad. Dos de los reinos más poderosos que provocó la muerte de innumerables guerreros, dispuestos a sacrificarse por sus reinos y su rey. Quince años habían pasado desde el inicio del conflicto.

-¿No es así, Kael? -preguntó un soldado con una piel de clara tez y una estatura imponente, la expresión de su rostro demostraba cansancio, con sus ojos color café y su cabello color castaño oscuro, su cuerpo musculoso reflejaba el arduo entrenamiento al que se había sometido. Sus manos grandes y fuertes, junto con sus brazos tonificados y abdomen marcado, demostraban un físico forjado en el esfuerzo y la batalla. parado firme frente a una de las puertas en el interior del castillo, con la espada descansando en su cintura. Sus ojos se dirigieron hacia su compañero, que estaba a su lado.

Kael, otro caballero de pelo color negro, que no se quedaba detrás de Ryn en cuanto a su contextura fisica, con la voz grave y cargada de un cansancio acumulado, asintió ligeramente.

-Sí... supongo que sí -respondió, dejando escapar un suspiro. El tiempo había pasado demasiado rápido, tanto que ni siquiera se dio cuenta de cuánto tiempo había transcurrido desde que comenzó la guerra-. Es sorprendente que nuestro reino, Eldarion, haya sobrevivido a tantos ataques durante todos estos años. Pero basta de esto; si nos descubren hablando durante el servicio, sabes que las consecuencias serán severas, Ryn.

Ryn, con un leve tono de desdén en sus palabras, se inclinó ligeramente hacia la puerta custodiada.

-Vamos, nadie pasa por aquí. ¿No te da curiosidad lo que hay detrás de esta puerta? Hemos estado aquí todo el día, pero durante la noche lo dejan totalmente desprotegido. Y lo más extraño es que solo el rey puede entrar; ni siquiera es su habitación, esa está al otro lado del castillo. ¿Qué podría ser tan importante como para que se le asignen guardias todo el día, pero tan insignificante que lo dejen desprotegido en la noche? -Los ojos de Ryn se desviaban cada vez más hacia la puerta, reflejando una creciente curiosidad y una inquietud palpable.

Kael, aunque preocupado, no pudo evitar que las palabras de Ryn dejaran una pequeña marca en su mente. Con un tono algo titubeante, trató de disuadirlo.

-Basta, no pensemos en eso. Concentra tu mente en hacer tu trabajo.

El tiempo parecía arrastrarse interminablemente mientras la curiosidad de ambos guardias los mantenía distraídos. Cada minuto se sentía como una eternidad mientras observaban cómo los rayos del sol se desvanecían lentamente, marcando el paso del atardecer.

Esclavos de un falso reinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora