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Tal vez era un día normal en el Reino de Lyones. Los reyes y los 4 jinetes del apocalipsis se encontraban en el comedor desayunando. Elizabeth y Meliodas cuchicheaban entre ellos sin que los 4 jóvenes puedan escucharlos, mirándose entre ellos sin entender nada.

-Estoy muy emocionada. Es la primera vez que estará aquí- Murmuró feliz la mujer, mirando a su esposo.

-Sii. Muero por verla- La acompañó Meliodas asintiendo mientras comían.- La última vez que la vi era una bebé- Sonrió nostálgico.

Elizabeth posó su mano sobre la de su esposo y le sonrió, y volvieron a comer.

Los chicos, sin entender, le dirigieron una mirada a Tristan y luego a los mayores. El príncipe primero se negó agitando la cabeza, luego rendido ante otra mirada amenazadora preguntó a sus padres.

-Mamá, papá ¿De quién hablan?,¿Quién vendrá?- Preguntó.

-Mg, Tristan, hijo mío. Hay algo que no te hemos contado.- Vocifero el rubio, cruzandose de brazos.- Y es que- - Fue interrumpido por las trompetas de los pasillos sonando.

Todos sorprendidos miraron a las puertas del comedor que se abrieron de par en par luego de las trompetas. Por allí pasaron 4 Caballeros con armaduras muy extrañas, alertandolos.

-Wow, creo que ya llego- Sonrió el Rey, parándose de la gran mesa junto con Elizabeth.

Los caballeros se detuvieron al lado de las puertas arrodillandose para que luego uno se levante y saque un papiro.

-¡Al Rey Meliodas y a la Reina Elizabeth de Lyones!- Vocifero, comenzando a leer la carta.- Lleva mucho tiempo que no los vemos, casi 16 años humanos. Las cosas en el Reino han mejorado como no se hacen idea, aún hay renegados, pero sólo tratamos de calmarlos y que no causen disturbios. Si vieras esto hermano mío, estoy seguro que e gustaría, a ti y a la Sra. Elizabeth.- Tomo aire.- Sabes que ella es algo muy preciado para mi, Meliodas, por tu bien espero que la cuides como si fuera tú propia hija. Te la encargo estos meses donde ella quiere curiosear allí arriba, y le enseñes muchas cosas.- Se dirigió hacia Meliodas quien sonreía.- Hermano mío, cuidala, y gracias por aceptar esta petición.- Y le entrego el papiro al Rey, inclinándose.- Es un gusto y honor verlo de nuevo, príncipe Meliodas.-

-El gusto es mío, Octupus- Respondió estrechandole la mano al caballero.-¡Presentenla!-

-¡Sí, Rey!- Respondieron los otros 3.

-¡En este cálido día de primavera. Nosotros, séquito del Rey Zeldris de los Demonios!- Cantaron-¡Presentamos a la Princesa Kazze del Reino Demoníaco! ¡Hija del Rey Zeldris y la Reina Gelda del Reino de los Vampiros!- Terminaron.

Pronto en el ambiente se sintió un poder abrumador que sorprendió a los más jóvenes, quienes se posicionaron frente a los reyes en caso de que sea necesario protegerlos. Una figura alta y delgada atravesó el umbral. Traía detrás de sí un aura negruna, de muerte. Vestía un extraño cobertor en la cara junto con un enorme sombrero negro, que le cubría los ojos; más abajo usaba un vestido color vino, que la cubría por completo, ni siquiera se veían sus manos, y sus tacones retumban en el silencio del castillo. Hasta que llegó en frente de ellos.

-¡Kazze!- Festejaron Meliodas y Elizabeth. Pasando frente a los adolescentes para llegar hasta la muchacha.

-¡Tío Meliodas!¡Señorita Elizabeth!- Festejo con ellos.

Y ya no sabían cómo actuar. Su voz sonaba tan pacífica. No pareciese que sea mala, no concordaba con el aura que la rodeaba.

-¡Un momento!- Grito Tristan.-¡¿Tío Meliodas?! -Preguntó sorprendido.

Princesa Kazze {NNT 4JinetesDelApocalispis}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora