Escapando del abismo para volver a sufrir por ti.

Capitulo 4

Madison Johnson:

Una luz brillante fue la razón por la que volviera abrir los ojos. Un rayo de luz venía directo a mi en mi rostro.
Mire a mi al rededor y ahí estaba ella.
Lorraine Warren.
Aún desvelada y despeinada se veía tan hermosa como siempre, solo que esta vez si podía tocarla.

Hola.- mi voz parecía más bien un susurro, sentía mi garganta seca. Necesitaba agua.

Carraspe mi garganta para poder hablar más fuerte.

Holaa.- esta vez si fue más fuerte, ya que vi como se levantó rápidamente Lorraine.

Gracias a Dios, hola.- me miró con una sonrisa cálida.- ¿necesitas algo? ¿Cómo te sientes? ¿Llamo al doctor?

Wow wow tranquila estoy bien, solo quiero algo de agua.-Me levanté sobre mis manos para cómo darme en mi cama.

Si claro.- a lado de ella había una pequeña mesa donde había un jarrón de vidrio lleno con el agua más cristalina que pudiera ver. En cuanto sirvió el agua le arrebate el vaso. Tome el agua tan rápido que me dolió el pecho.

Ouuu.-puse mi mano en mi pecho sobandolo.

¡Llamaré al doctor!.- De nuevo preocupada hablo lorraine.

No.- cansada ya.- estoy bien solo tome el agua muy apresurado. ¿Dónde está Ed?.- pregunté.

Me miró seria, hace un momento me miraba con amor y ahora me mira diferente.

Solo fue a buscar algo para desayunar y llamarle a nuestra hija.- respondió seca.- iré a buscar entonces a la enfermera e igual buscaré a Ed para decirle que despertaste.- se giró y se fue.

Eso fue extraño.- hablé en voz alta.

No podía creer todo lo que pasó para estar de nuevo aquí. Viva. Respirando. Mire mis manos, conectados a unos tubos delgados con una bolsa que estaba sobre mi, veía una pequeña gota que bajaba lentamente hasta llegar a una aguja que penetraba mi mano.

Empecé a mover mis dedos y tocarlos entre sí, mis yemas de mis dedos se sentían suaves. Toqué mi rostro y solo podía sentir que estaba grasoso. Necesitaba una ducha.

Escuché abrirse la puerta y era ella. La enfermera. Su nombre lo olvide.

Hola Madison! No me conoces pero estuve cuidando de ti en el tiempo que estuviste en coma.- caminaba alegre y sonriente hacia mi.- se acercó a el suero que estaba arriba de mi y lo tomó.- creo ya fue suficiente de esto. Lo quitaré ahora.- agarró la bolsa y cuando iba a quitar la aguja de mi mano. La tomó suavemente y la retiró con cuidado para no lastimarme.-Te traeré ahorita tu desayuno. Creo comerás por el momento solo una gelatina y un jugo. ¿Algún sabor de jugo en específico que quieras?.- me miró con una ceja levantada.

Creo durazno.- respondí extrañada.

¡Perfecto! Durazno será!.- y se fue.

Eso fue extraño. Sigo sin recordar el nombre de esa enfermera. Debí preguntarle, creo no había visto a alguien tan alegre desde hace mucho.