Capítulo 3: Mal trío

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Capítulo 3: Mal trío

—¿Él viene? —pregunté y no sé por qué de repente mis manos comenzaron a sudar.

Ella firmó con la cabeza aún sin mirarme andando su teléfono.

—Pensé que era una salida de nosotras dos. — continué diciendo.

—Si, es que tenemos dos días sin vernos y —dijo— quería que se conocieran.

—Pero ya lo conocí...

La entrevista de esta mañana no se me salía de la cabeza, de sus profundos ojos azules fijos en mí y el nerviosismo de mi estómago como el que sentía en este momento al saber que iba a venir pero creo que era por su presencia imponente, la autoridad que emanaba de él, lo que me hacía sentirme así.

Ella suspiró tomó su teléfono colocándolo en su oreja y se levantó diciéndome:

—Dame un momento.

Salió del local esquivando a las personas, me imaginaba que a buscar al señor Hofmann, tragué pesadamente saliva al saber que volvería a estar frente a él y se me revolvió él estómago, probablemente porque sabía que había una posibilidad de que fuera mi jefe, eso me hacia sentir presionada a dar una buena impresión y no a una noche relajada de copas con una de mis mejores amigas que tenía tiempo sin ver.

Joder.

Tomé toda mi bebida sin respirar, no sé por qué de repente estaba tan nerviosa. Me sobresalté cuando mi teléfono empezó a sonar es una videollamada, lo tomé y miré que era Donovan. Le colgué y le escribí:

Jana: No puedo hablar ahora, hay mucho ruido.

No era mentira, la música estaba muy alta. Enseguida Donovan me respondió:

Donovan: ¿Por qué no? ¿Saliste?

Jana: Si, estoy con Juliana, nos tomamos algo.

Donovan: ¿Pero por qué entonces no puedes atender la videollamada? Por favor, tengo casi una semana sin verte.

Fruncí los labios y suspiré, realmente no quería hablar con él, a Donovan no le gustaba que yo me maquillara porque decía que mi belleza era natural, pero hoy me había maquillado.

Jana: Tendría que ir al baño.

Respondí y espere su mensaje.

Donovan: Anda, por favor, será rapido.

Soltó un suspiro y entonces me levanté serpentee de las personas y entré al baño. Empecé la videollamada y él enseguida atendió Donovan era de esas personas que pasaban desapercibidas con los lentes cuadrados de montura grande, cabello oscuro abundante y de estatura promedio. Apenas me vio su ceño se frunció.

—Estas muy maquillada, ¿que te echaste en los ojos?

Me miré en el espejo mi cabello castaño oscuro estaba suelto, el verde de mis ojos sobresalían con rímel oscuro y lápiz negro, mis labios en un labial rosa muy suave que acompañaba todo mi atuendo de camisa rosa pastel y mis jeans.

—Es solo un poco de maquillaje.

—Pareces un payaso, sin ofender.

Apreté los labios no le respondí nada, estaba acostumbrada ya a sus comentarios fuera de lugar que a pesar de ser hirientes no parecía darse cuenta de eso.

—¿Qué te han dicho del trabajo? —continuó preguntando cómo si no me hubiera bajado el autoestima hasta el subsuelo.

—Pues quedaron en que me contactarian. —respondí.

Perdición (+21) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora