Darek (Un Oscuro Destino)[Dark#1]

²

—¿De qué hablas? ¿Por qué mataste al chico?

Ataque de pánico.

Ahora se me dificultaba respirar.

El chico comenzó a reír, pero sin elevar su acento.

—¿Que yo maté a ese chico? —se apuntó a sí, fingiendo sorpresa y luego volvió a acercarse en un solo movimiento, quedando a escasos centímetros de mi rostro—¿Acaso ese no era tu propósito?—ladeó su cabeza—Cinco apuñaladas en el estómago, con un cuchillo bastante grande. Solo terminé tu trabajo.

Se alejó y sacudió su hombro, como si de alguien superior se tratase.

—¿Qué?

—Tú lo mataste—repitió, sus palabras resonaron como un eco en mi mente—de todas formas es tu naturaleza, no te culpo.—sus comisuras se elevaron nuevamente.

¿De qué hablaba?

—Yo no lo maté—aferré las manos a mi cabello—no fui yo —mis ojos comenzaban a cristalizarse...

¿Este hombre tenía razón?. ¿Acaso yo ahora era una asesina?. Había acabado con la vida de Noah ¿Qué le diré a mis padres? ¿Y a Rose?.

Mi cuerpo comenzó a temblar sin razón alguna.

—Por cierto—su voz me sacó de mis pensamientos en cuestión de segundos, una de sus manos se aproximaba lentamente hacia mí, desconociendo sus intenciones me moví ligeramente pensando en que eso lo detendría.

Sin embargo.

No me hizo daño.

Tomó el colgante observándolo minuciosamente.

—¿De dónde lo sacaste?—preguntó como si conociera su existencia.

¿Qué está pasando?.

—Es mío —lo tomé entre mis manos y lo guardé dentro de mi ropa.—¿Qué importa eso?.

Sin darme cuenta el pánico fue disminuyendo aunque aún la idea de haber...matado a Noah me deja en shock, sin embargo la presencia del chico aquel me mantenía algo distraída.

Pero...¿Por qué aún no me mataba?. No me ha descuartizado, ni degollado.

—¿Qué quieres saber?—volvió a interrumpir mis pensamientos aquella voz baja y gélida.

Un extraño aroma llegó a mis fosas nasales. Reconocía ese olor de algún lugar.

—¿Por qué aún no me matas?—pregunté débilmente a lo que el río.

—¿Quieres que lo haga?—en un momento rápido casi impredecible sacó el cuchillo apoyándolo contra mi garganta—Es fácil, solo tienes que pedírmelo.—presionó este con fuerzas, en cualquier momento me degollaría.

—N-no, no me mates—supliqué aunque aquel aún no retiraba el cuchillo de mi garganta se acercó a mí.

Mi piel se erizó por completo y sentí un escalofrío recorrer mi espalda.

—Te están buscando — susurró en mi oído, arrastrando cada palabra entre sus labios.

—¿Qué?¿Quién?.—¿Quien me busca?¿Por qué?.

—Ahora es muy difícil explicarlo.—Se alejó de mí nuevamente para seguir hablando en voz baja.

¿Difícil explicarlo?. Este chico seguramente solo quería robarme. Me estaba tomando el pelo, ahora razonaba y tal vez solo quería distraerme y quitarme mis pertenencias.

—¿Quién me busca?—pregunté intentando ver más allá de la sombra que cubría sus ojos.

—No lo comprenderás.