Prologo

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—¿Has escuchado algo sobre Austin Brown? ¿Sabes que fue lo que pasó con él?

—No, no se nada desde el juicio. Solo dicen que desapareció. ¿Pero es lo mejor, no? Ya no nos podrá hacer nada. 

—Sinceramente esto no me tiene tranquilo. Supongo que mi mente aún divaga en ellos, en los cuatro jinetes.

—Lo que le sucedió al maestro Lane, simplemente fue horrible.

—Se lo merecía.

—¿Tú estuviste ahí?

—Asi fue, lo presencié —dijo —Muchos lo presenciaron. Es una lástima que tú no lo hayas hecho, fue...gratificante.

—Que horribles palabras dices.

—Son horribles porque aún estás obsesionado con ellos. Necesitas ir a terapia.

—Mira quien habla —Expresó —Eran los cuatro jinetes. Ellos simplemente... No es mi culpa que no los pueda sacar de mi cabeza. Aún me siguen dando miedo. Sobretodo el profesor Jeffrey Moore, estaba más loco de lo que pense.

—Y ni hablar del profesor Miller. No puedo sacarme su cara de las noticias.

—Era un hijo de perra, lo que hizo no tiene perdón —Exclamó —Ninguno de ellos. Los cuatro jinetes recibieron su merecido.

—Todo por él chico de ojos alocados.

—Si, ¿Cómo se llamaba? Su mirada siempre me ponía los pelos de punta.

—Stephano... Stephano Burcke —Hizo una pausa y corrigió el nombre  —El los destruyó. Es el diablo encarnado.

Jaque MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora