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La pelimorada le ofreció una copa de vino a su nueva acompañante que ahora estaba sentada en su sillón, la joven que había ingresado a su casa traía un traje un tanto revelador

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La pelimorada le ofreció una copa de vino a su nueva acompañante que ahora estaba sentada en su sillón, la joven que había ingresado a su casa traía un traje un tanto revelador.

Un vestido negro escotado que dejaba ver completamente la piel palida de sus hombros, acompañado de unas mallas negras y los clásicos tacones negros, Ei podía jurar que aquella joven traía lencería debajo de aquel vestido ya que se podía notar por lo rosado que salía por su escote, Ei trago saliva en silencio mientras se sentaba al lado de la joven.

—No quiero sonar como una idiota ¿Pero quién eres?

Soy Yae Miko trabajo para el burdel la hoguera. Ei la miro unos cuantos segundos maldiciendo a sus amigos por haber echó aquella sorpresa sin consultarle nada.

—Es un gusto conocerla señorita Yae, me llamo Ei... Todo esto es nuevo para mí y quiero decirle que no tengo intenciones de tener sexo con usted.

—Esto es una gran perdida de tiempo y de dinero. La joven pelirosa dejo aquella copa de vino aún lado para luego tomar su bolso e intentar salir de aquella casa, pero la pelimorada la detuvo.

—Creeme que no es mi intención hacerla perder su tiempo, puede quedarse aquí y beber vino conmigo, yo le pagaré.

—Cobro 40 dolares por hora. Respondió Yae con un poco de enojo en su voz, pero esto era mentira ya que no podía darse el lujo de perder tanto dinero en una noche con una mujer que no iba a usar sus servicios, aunque estos ya estuvieran pagados por los amigos de esta.

—Te daré 600 dólares si te quedas a tomar vino conmigo, prometo que serán unas pocas horas. Yae quedó boquiabierta al escuchar el dinero que ofrecía la mujer solo para tenerla para compañía.

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The brothel | Eimiko Donde viven las historias. Descúbrelo ahora