Capitulo 3

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Empiezo a desplomarme contra la pared, aliviada, pero ya tiene mi codo agarrado y me saca del ascensor. Lejos de los hombres depredadores... y directamente a su abrazo.

Mis rodillas casi ceden ante la perfección de ser sostenida por ella.

Mi salvadora.

Le rodeo el cuello con los brazos y aspiro el aroma a madera de su ropa, casi gimiendo cuando me envuelve con fuerza, con un brazo alrededor de los hombros y otro alrededor de la espalda. Y cuando levanto la vista, veo que está gruñendo a los hombres del ascensor, enseñándoles los dientes de una forma posesiva que me excita tanto como me da esperanzas. Si es posesiva conmigo, es imposible que me permita seguir en la página web de las sugar babies, ¿no? No tendrá más remedio que reclamarme.

El ascensor se cierra de nuevo, llevándose a los hombres.

-Tengo sus caras en la cámara, Rebecca. Serán despedidos antes de que termine la hora. Estarán tan arruinados en esta ciudad que no tendrán más remedio que irse. - Exhala una maldición. -Estaba viendo la transmisión de la cámara. Me preocupaba que el ascensor no llegara a tiempo, bebé...

-Lo hizo. Ahora estoy a salvo. - susurro en su cuello, acurrucándome más. -Gracias, daddy.

Entre nuestros cuerpos apretados, Freen se pone erecta. Le oigo tragar con fuerza y una de sus manos se pierde en los volantes negros de mi falda. - ¿Qué es este conjunto que llevas? Con estas coletas pareces una colegiala.

-Soy una colegiala.

-Tal vez deberías ser castigada como una. - me dice, arrastrando su mano por la parte de atrás de mi falda y amasando mi mejilla derecha - solo una gloriosa vez - antes de apartar su mano, separándose de mí con una maldición temblorosa. -Ya está bien, Rebecca. Maldita sea.

Al sentirme abandonada, vuelvo a mi rutina de coqueteo, mordiéndome el labio inferior y girando de lado a lado. -Tú eres la que me ha traído aquí.

La atención de Freen baja a mis pechos y se calienta. - Debía estar loca. - murmura con fuerza, cogiéndome por la muñeca. -No hagas contacto visual con ninguno de los hombres del piso, ¿entendido?

Riendo, permito que me arrastre  por un pasillo. Al final del mismo, hay un mostrador de recepción y, más allá, una amplia y luminosa oficina repleta de analistas y operadores, todos pegados a sus ordenadores.

- ¿Por qué no puedo hacer contacto visual?

Me pilla desprevenida cuando se da la vuelta y me aprieta contra la pared del pasillo, con su cara dura a un palmo de mí.

-Siempre parece que necesitas que te follen. Por eso. Cada hombre al que miras ve una invitación.

Su gran pecho y su estómago me inmovilizan y me encanta.- Ese es su problema, no el mío.

- No. Mires. A. ninguno. Rebecca - Ligeramente, su mano rodea mi garganta, apretando ligeramente. -En mi estado de ánimo actual, si uno de ellos mostrara interés en ti, sería retirado de su empleo inmediatamente.

- ¿Por qué?- Le paso un dedo por el pecho. - ¿Por qué me quieres solo para ti?

Está a punto de decir que sí. Me doy cuenta. Pero en el último segundo, suelta un suspiro insegura y continúa guiándome por el pasillo al despacho.

Definitivamente está en mi naturaleza hacer contacto visual con algún chico intrascendente solo para incitar a Freen. ¿Qué puedo decir? Soy así de descarada. Pero tengo demasiadas ganas de estar a solas con ella como para desperdiciar mi oportunidad. Así que mantengo la mirada en la alfombra azul zafiro hasta que estamos a salvo en su despacho.

Sugar Daddy (FreenBecky G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora