Se cuenta, que una vasta tierra se levanta imponente, Greenrivers, un reino, uno diferente a otros reinos, este es uno enlazado por el dulce amor del matrimonios arreglados, construido sobre ambición y deseos de poder, cuyo trono descansa sobre el cadáver de cientos de traidores muertos a lo largo de la historia, un reino y una casa que se hizo con sacrificios y duras decisiones, que marcaron el curso de sus monarcas varias veces, o eso cuentan las historias y canciones que cantan heroicos hombres plebeyos en las tabernas, luego de días largos trabajando duro, para la corona entre risas y cerveza.
Al mando de todo esto, el rey Sigmund de Greenrivers, quien disfruta del esplendor de su reino, la cual se forjó con los esfuerzos de sus padres y de los suyos antes de ellos, que hacen que el este sentado en el trono.Hoy más que nunca regocijado de recibir a un miembro más de la familia real, la reina había terminado la labor de parto hace un día, en una torre alta del castillo, los reyes y señores aliados de los Greenrivers no dejaban de llegar, pasando por las grandes puertas del salón real, la inmensidad del viejo castillo, que abraza con fuerza a quien se atrevía a pasar su umbral, con olor a hierro y humedad en el ambiente, con pisos cubiertos de las alfombras de seda más hermosas, traídas de lejanos continentes por los navegantes de la corona, acompañado de tapicería épica, contando historias alucinantes del reinado de la familia, en el medio un viejo trono adornado con detalles exquisitos hechos a mano por Lyonel el Carpintero, un antepasado del rey Sigmund, el primer Greenrivers.
Se podía apreciar en todo el gran salón las distintas familias reales, con sus ropas coloridas, portes elegantes y orgullosos estandartes mostrando el honor de sus casas, estandartes que con honrra se levantan victoriosas en las guerras contra los enemigos.
Entre ellos, el astuto Gryker de Darkstone, quien se acercó al trono con cautela haciendo una reverencia al rey.Gryker: -¡Su majestad! Muchas felicidades por su nuevo hijo. Déjeme decir...
Rey Sigmund: -Se lo agradezco Lord Gryker, pero ahora no puedo hablar con usted, pero sería muy honorable poder reunirme con usted.
Gryker: -Pero majestad esto es importante para mi casa y nuestra alianza, ¿acaso le he dicho yo "no puedo hablar ahora" cuando fue usted personalmente a pedirme 10.000 hombres el invierno pasado?
Sigmund sorprendido e intrigado con la respuesta y la audacia de Gryker comienza a entender las verdaderas intenciones de esta conversación.
Rey Sigmund: -Si no lo conociera bien Gryker diría que me esta chantajeando.
Gryker: -Para nada majestad, es solo que quiero los asuntos de mi familia bien organizados, ¡eso es todo! ¿Acaso esta mal ser minucioso majestad?
Rey Sigmund: -Lo entiendo perfectamente Lord Gryker, pero hay muchos aquí que buscan algo de mi hoy ¿No sería algo egoísta de mi parte solo atender a uno? Dígame que quiere Gryker.
Gryker: -Lo que quiero es a este el segundo hijo tuyo.
Rey Sigmund: -¿Mi hijo, Lord Gryker? No lo estoy entendiendo.
Gryker: -Es fácil majestad, yo debo encontrar la forma de darle a mi casa y a mi reino cierta estabilidad, usted me entiende, casemos a nuestros hijos, El príncipe Marinus ya es grande y tengo una hija bella de su edad, lista para darle nietos majestad, que mejor que los herederos a mi trono sean nietos del rey de Greenrivers.
Rey Sigmund: -Mire Gryker nunca quise creer lo atrevido que dicen que es usted, por los años de lealtad y union, pero esto me lo confirma. Además ¿por qué casaría a mi varón mayor con su hija?
Gryker: -Es la pregunta que me haré cuando vaya a pedir soldados a mi casa. ¿Por qué?, igual tiene tiempo de pensarlo bien majestad, la paternidad reciente nubla la mente, con su permiso.
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Camino de Oro y Sangre: Los Ascensos
FantasiaEn el reino de Greenrivers, la princesa Isobella lucha por el trono y la supervivencia en un mundo de poder, pasión y traición. enfrentándose a sus hermanos y sus respectivas familias que buscan reclamar el trono para sí mismos. Mientras las tension...