capitulo 2

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Me callo y dejo que me mueva la mano para ver la herida.
Todavía hay un pequeño hilillo de sangre, pero ha dejado de
brotar. La toalla es inservible por la cantidad de sangre que ha absorbido

Jungkook agarra una nueva toalla y la sumerge en el agua,
pasando por el borde y salpicando mis muslos desnudos.
Descarta la primera toalla y presiona la nueva sobre la herida,
limpiando la sangre congelada en sus ondulantes
abdominales.
No es el momento de admirar su fuerte cuerpo.
—Haz presión. —jungkook me pasa una almohadilla de
algodón blanco.
Hago lo que me dice, presionándolo contra la herida.
Inhala bruscamente y aprieta la mandíbula para evitar que el
profundo gruñido resuene en la habitación.
El algodón ha limpiado la herida mejor de lo que esperaba.
rompe el sello de la toallita con alcohol para limpiar
burdamente la herida.
observo el tratamiento brusco antes de que arroje
la toallita manchada sobre la toalla carmesí. Me mira un
momento y luego se pone a trabajar en la aplicación de un
nuevo algodón...

Me entrega el rollo de gasa y separa su espalda
del compartimento. Entiendo la orden silenciosa y empiezo a
desenredar la fina gasa.
Murmuro una suave disculpa y me inclino hacia su
espacio para envolver la gasa alrededor de su estómago
mientras él mantiene la almohadilla de algodón en su lugar.
Hay un olor a hierba recién cortada y un toque  de pino en él.
Hacer el pequeño nudo es un reto, incluso con mis
pequeños dedos. El resultado está torcido, pero asegura la
almohadilla de algodón en su sitio.
Cuando examina el apósito,  Mi cuerpo es un poco torpe cuando huelo su  olor de un Rico almizcle.

—Bien hecho, pequeño —elogia con indiferencia. Mis  mejillas arden de vergüenza y me encojo sobre mis
hombros. Esquivo su miradamientras me
encuentro mirando la suela de su zapato.
Está llena de barro seco y capas de sangre marrón.
No creo que sea suya.
Él sigue mi mirada sin pestañear.

Hubo un desafortunado giro de los acontecimientos.
—Probablemente no debería saberlo
—admito con cautela.
—No deberías —está de acuerdo.
—Ya has sido
suficientemente cómplice...

—¿Cómplice? —suelto.
—Ayudando a un convicto prófugo
—No seas tan ingenuo 
pequeño

—Yo no... —tartamudeo indignado —Me has amenazado.
—Lo hice —musita en voz baja mientras se ríe.
—No me
gustaría cumplir mis palabras.

Jungkook respira profundamente y se lleva una mano protectora a la herida. —Tendrás problemas con la ley, y la unica forma de salir de esto es negar mi existencia.

—No puedo —murmuro desafiante con el ceño fruncido.

—Bueno, estaré pendiente de tu actuación.
—Inclina la cabeza con esa sonrisa perfecta 
Me toma mi mandíbula queriendo besarlo sus labios rozan los míos me saca de mis pensamientos cuando  la campana pegada a la
puerta suena y  cuando mi corazón se aloja en la garganta.

—¡Hola! —chillo lastimosamente mientras me levanto de un salto.

La clienta retrocede ante el volumen de mi voz mientras
me mantengo anormalmente recta, con la mano escondida
detrás de mí mientras la sangre de jungkook se congela.

—Hola —me saluda lentamente la mujer. Se  acerca al mostrador y lucho contra la necesidad de mirar hacia abajo. Jungkook  es un hombre grande; ella podría ver
sus piernas y la parte superior de su cabeza si se inclinara sólo
un centímetro.
Menos mal que el mostrador de la caja registradora tiene
un gran expositor de flores de muestra. Todas las
flores falsas están etiquetadas con su nombre y su olor.

—¿En qué puedo ayudarla? —pregunto, aclarando la
incomodidad de mi garganta.

—Hola —comienza ella. —Necesito hacer un pedido de
Rosas blancas , suficientes para doscientas personas para
mi boda. Las rosas son mas  caros.

CONVICTO POSESIVO!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora