capítulo 2

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al día siguiente Minho se despertó temprano esa mañana, con la imagen de Jisung bailando bajo la luz de la luna aún fresca en su mente. Sintió una urgencia repentina por hacer algo especial para él, algo que pudiese mostrar el creciente sentimiento en su pecho

Decidió que unas flores silvestres serían el regalo perfecto. Sabía que podía encontrarlas en un claro detrás de la hacienda, un lugar que solía visitar cuando necesitaba un momento de tranquilidad lejos del bullicio de la fiesta.

Caminó entre los árboles, disfrutando del canto de los pájaros y el suave susurro del viento. Con cada paso, su corazón latía con anticipación y ansiedad, preguntándose cómo recibiría Jisung su gesto.

Al encontrar las flores perfectas, Minho se detuvo por un momento, dejando que la belleza de la naturaleza lo envolviera. Respiró hondo recordando a jisung y tomó las flores, sintiendo la emoción de lo que estaba a punto de hacer.

Con el ramo en la mano, se dirigió hacia donde sabía que Jisung estaría trabajando en los campos. Sus pensamientos estaban llenos de expectativas y esperanzas, mientras que sus manos temblaban ante la idea de que no fuera recibido de la mejor manera, preguntándose si este gesto sería suficiente para transmitir sus crecientes sentimientos hacia Jisung.

A medida que se acercaba, Minho podía ver a Jisung concentrado en su trabajo, con el sol iluminando su rostro y destacando sus rasgos. Se detuvo por un momento para observarlo, sintiendo un nudo en la garganta ante la idea de acercarse a él con sus sentimientos al descubierto. Sin duda jisung era hermoso...

Minho siguió adelante. Y así, con las flores en la mano y el corazón latiendo con fuerza, Minho se acercó a Jisung, listo para regalarle a jisung las flores de sus sentimientos

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Han Jisung se encontraba ocupado realizando labores en los campos, bajo la mirada orgullosa de su padre y otros trabajadores. Aunque la fiesta de la noche anterior había sido memorable, Jisung sabía que aún quedaba mucho trabajo por hacer.

Mientras arreglaba los surcos de arroz, Jisung se perdía en sus pensamientos, recordando la divertida y emotiva noche que había compartido con Minho. Se preguntaba si el hijo del dueño de la hacienda volvería a acercarse a él, o si todo quedaría como una simple anécdota de la noche anterior.

De repente, una sombra cayó sobre él. Levantó la mirada y se encontró con Minho, sosteniendo un ramo de flores silvestres con una sonrisa pícara en los labios.

"Hola Jisung mm..  ten ", dijo Minho, extendiendo las flores hacia él con un brillo travieso en los ojos.

Jisung, sorprendido por el gesto amable de Minho, aceptó las flores con gratitud y una sonrisa sincera. "Gracias, Minho. Son hermosas."

Mientras observaba a Jisung aceptando las flores, Minho se sentía nervioso pero emocionado.

Por otro lado, Jisung se preguntaba si este gesto amable significaba que Minho quería seguir siendo amigos fuera de la fiesta. Aunque estaba un poco nervioso por lo que el futuro pudiera deparar, se sentía emocionado ante la posibilidad de cultivar una relación con alguien como Minho, cuya personalidad juguetona y amable le había cautivado desde el primer momento.

Minho no pudo hacer más que irse de aquel lugar, los recientes recuerdos se recapitulaban en su mente, estos provocaban una ligera vergüenza en Minho y así un creciente sonrojo en sus mejillas. Jisung, al ver a Minho irse de esa manera soltó una pequeña risa ante la idea de que la personalidad de Minho pasara de ser introvertida a extrovertida tan solo con unos tragos.

La cosecha • minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora