La luz en la oscuridad

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Capítulo : 7 La luz en la oscuridad

Índigo entró en la preparatoria con una mezcla de emociones. Había pasado un año desde su intento de suicidio y todavía sentía un agujero en el alma. Pero estaba decidida a seguir adelante, a encontrar una manera de salir de la oscuridad que la había consumido durante tanto tiempo.

Conoció a Guaxara, una amiga que se convirtió en su apoyo y su esperanza. Juntas, enfrentaron sus miedos y sus inseguridades, y Índigo sintió por primera vez que alguien la quería de verdad.

Pero el pasado todavía la acechaba. Índigo se preguntaba si Guaxara también la abandonaría, como todos los demás. Se sentía vulnerable y sola, sin saber cómo salvarse a sí misma.

Guaxara la abrazó. "Índigo, no te preocupes. Estoy aquí para ti. Juntas podemos superar cualquier cosa".

Índigo se sintió un poco más tranquila. Tal vez, solo tal vez, había encontrado a alguien que la entendería, que la ayudaría a salir de la oscuridad.

"¿Quién me hará pelear?", se preguntaba Índigo. "¿Quién me sacará vivo?"

Guaxara sonrió. "Tú misma, Índigo. Tú eres la única que puede salvarse a sí misma. Pero estoy aquí para ayudarte, para apoyarte en cada paso del camino".

Índigo se sintió un poco más esperanzada. Tal vez, solo tal vez, había encontrado la luz en la oscuridad.

Capítulo :8  El reflejo del alma

Índigo se miraba al espejo, y su reflejo le devolvía una imagen de tristeza y melancolía. A pesar de tener a Guaxara a su lado, seguía sintiendo el peso de la depresión.

El psicólogo le había dicho que nunca se iría, pero que podía aprender a controlarlo. Índigo se negaba a aceptarlo, pero sabía que era verdad.

Se sentía como si no encajara en su familia, como si no hubiera recibido amor verdadero. Extrañaba a su yo pequeña, y se decía a sí misma que no podía imaginar un mundo sin ella.

Recordaba el día que se había encerrado en el baño, tirada en el piso, y cómo su yo pequeña le había suplicado que no se dejara sola. Índigo se miraba al espejo y se decía a sí misma que debía aguantar, que todavía tenía que luchar.

"Déjame tomar tu mano y voy a hacerte bien", se decía. "Te juro que voy a amarte toda la vida, Índigo. Aguarda aún, te necesito".

Índigo se repetía estas palabras como un mantra, tratando de convencerse a sí misma de que podía superar la depresión, de que podía encontrar la felicidad. Pero el reflejo del espejo le mostraba una realidad diferente, una realidad de tristeza y dolor.

Capítulo 9 : El refugio de los sueños

Índigo se refugiaba en sus sueños, donde encontraba a Jonathan, el chico que le había devuelto la esperanza. En sus sueños, era feliz, libre de la depresión y los problemas con su familia.

En el mundo de los sueños, Índigo y Jonathan eran novios, y vivían momentos mágicos juntos. Se subían a montañas rusas, comían algodón de azúcar y se miraban a los ojos con amor.

Pero cuando despertaba, la realidad la golpeaba con fuerza. Los problemas con su padre, la depresión, la sensación de no encajar en su familia... todo volvía a ser como antes.

Pero Índigo no quería dejar ir el sentimiento de felicidad que encontraba en sus sueños. Quería aferrarse a él, hacer que fuera real. Así que cerraba los ojos y volvía a soñar, volvía a encontrar a Jonathan en el bosque de invierno, jugando con la nieve y mirándola con amor.

"Siempre estaré para ti", le decía Jonathan en el sueño. "Todo estará bien".

Índigo se aferraba a esas palabras, las repetía para sí misma como un mantra. Quería creer que todo estaría bien, que encontraría la felicidad en la vida real, no solo en sus sueños.

Angels of dreams 🪩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora