adulterio || draco malfoy

5

Después de algunas semanas, Astoria finalmente había convencido a Draco de hacer un viaje por su aniversario. Irían a una playa por unos días, los padres de su mujer tenían una casa ahí y Greengrass estaba segura que eso los haría reconectar y los ayudaría a tener el hijo que tanto esperaba.

No había visto a Gabrielle desde su cumpleaños, tampoco había tenido noticias de ella. Eso lo incomodaba y, a su vez, lo angustiaba, quería verla y saber que estaba bien. La chica se había despedido de él con lágrimas en los ojos y agradeciéndole por el regalo, supuso que si nunca antes había celebrado su cumpleaños, tampoco había recibido ningún obsequio en el pasado.

Se dio cuenta que no la conocía en absoluto y que su arrogancia no era más que una fachada detrás de la cual se escondía y evitaba ser lastimada, sin embargo, había una persona detrás de eso, una persona que sentía y era real, una persona a la que deseaba conocer.

Intentó dejar de pensar en Gabrielle mientras buscaba la ropa que llevaría al viaje, no obstante, el rostro de la mujer no paraba de aparecer en su mente, dudaba poder sacársela de la cabeza.

Estuvieron listos casi al mediodía, viajarían con polvos flu y su elfo doméstico los alcanzaría allá. Su esposa estaba histérica mientras revisaba que todo en la mansión estuviera en orden, decía que no quería tener que preocuparse por nada en esos cinco días. Al cabo de unos quince minutos de quejarse e ir de un lado a otro, finalmente estuvo lista.

La casa era enorme y estaba frente al mar, no había nada más alrededor salvo por un pequeño pueblo que estaba a unos veinte minutos caminando, básicamente tenían una playa privada para ellos dos.

Astoria comenzó a darle órdenes a Woody sobre cómo debían ir las cosas y qué debía hacer mientras Draco fue a sentarse en la terraza de la casa para poder observar el mar. Hacía bastante calor y no tardó en sentir una pequeña gota de sudor deslizándose por su cuello. Decidió ir a cambiarse y se colocó el bañador, dejando su pecho descubierto.

Volvió a sentarse en la terraza y respiró con fuerza, cerrando los ojos. Deseó que Astoria tardara al menos media hora más en unírsele. Últimamente no tenían mucho de qué hablar, por no decir nada, su esposa solamente le compartía chismes y él fingía estar interesado, la verdad era que muchas veces no tenía ni idea de quién le hablaba pero pretendía ponerle atención y estar al tanto de todo.

Esos días había reflexionado sobre la relación con su mujer y se dio cuenta que nunca le había interesado, no realmente al menos. Sus padres la consideraban un buen partido para contraer matrimonio y él, demasiado asustado para contradecirlos, había coincidido con su opinión, se casaron unos meses después.

Astoria nunca llamó su atención en Hogwarts, pocas veces había reparado en su existencia y, cuando lo hacía, no llamaba su atención, le parecía una chica como cualquier otra. Cuando comenzaron a "salir" fue lo mismo, no tenían nada en común ni tampoco había ninguna chispa entre ellos, simplemente era lo que debía hacerse. Se dio cuenta y se reconoció a sí mismo que nunca había estado enamorado de su mujer y que probablemente nunca lo estaría.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por una voz chillona que lo saludaba, se abstuvo de rodar los ojos al ver a Daphne Greengrass saliendo de la casa, ¿por qué su esposa siempre tenía que invitar gente? El plan del viaje era pasar tiempo de "calidad" juntos, ¿qué tenía que ver su hermana con eso?

Saludó a Daphne sin disimular la molestia que le provocaba verla pero la mujer pareció no darse cuenta o lo ignoró, ya que tomó asiento junto a él y comenzó a hablar de lo emocionada que estaba de ser tía.

—¿Han pensado en algún nombre? —preguntó Daphne a lo que Malfoy negó con la cabeza—. Ya tendrán tiempo —sonrió.

El rubio no respondió, mantenía la vista fija al frente, evitando mirar a su cuñada. Le molestaba su presencia, era cotilla y aún no la perdonaba por hacer sentir mal a Gabrielle en su cumpleaños, de hecho, la detestaba por ello.

Astoria se unió a ellos al cabo de unos veinte minutos, llevaba un vestido largo color caqui y un sombrero de playa. Se sentó junto a su esposo y le plantó un beso en la mejilla, portaba una sonrisa de oreja a oreja.

—Daphne me comentó que necesitaba un escape de la realidad y le ofrecí venir con nosotros —explicó Astoria, sonriéndole a su hermana.

Draco asintió sin decir una palabra, no quería que ninguna de ellas pensara que estaba de acuerdo con la decisión. Si no quería pasar tiempo con su esposa, mucho menos con su cuñada, quien había comenzado a hablar sobre lo difícil que era conseguir un buen marido en esos tiempos y lo afortunados que eran ellos de haberse encontrado.

Daphne no siempre había sido así de insoportable, de hecho habían sido amigos cuando estuvieron en Hogwarts, la chica había salido con Blaise mientras él salía con Pansy, por lo que solían convivir los cuatro y hacer planes juntos. Todo había cambiado cuando salieron de Hogwarts y Greengrass perdió la popularidad de la que solía gozar, Blaise y ella cortaron al poco tiempo de graduarse y no hubo manera de recuperar la relación, mucho menos ahora que existía Gabrielle.

El rubio sabía que por eso su cuñada odiaba tanto a Lancaster, la mujer había logrado en meses lo que ella había perdido. Veía en ella todo lo que pudo haber tenido y eso le molestaba, no la culpaba en lo absoluto. De lo que podía verse, Blaise estaba completamente enamorado de Gabrielle como nunca lo había estado de Daphne. Sin embargo, le parecía algo ridículo que estuviera molesta con Lancaster, Daphne y Blaise habían terminado hacía más de cinco años, Gabrielle no había interferido entre ellos de ninguna manera.

—Goyle me invitó a salir —dijo Daphne, llamando su atención.

Esbozó una leve sonrisa, años atrás Daphne Greengrass no se hubiera planteado siquiera la idea de salir con Gregory Goyle.

—¿Por qué no lo invitas? —preguntó su esposa y se abstuvo de rodar los ojos, con esa selectividad para elegir compañeros de viaje acabarían invitando a Potter y a su séquito.

—¿Crees que deba hacerlo? No quisiera crearle ilusiones...

—No es crearle ilusiones, lo invitas para conocerse mejor, no tiene nada de malo.

—Tienes razón, lo invitaré —sonrió.

—¿Qué hay de los demás? —preguntó Draco de repente, sabiendo que por "los demás" se refería a Gabrielle—. ¿No deberíamos invitarlos también? Blaise, Theodore...

Las mujeres intercambiaron miradas entre sí y después miraron a Draco.

—Es buena idea —acabó por decir su mujer—. Tenemos que hablar contigo.

El rubio respiró con fuerza, ¿tenemos?

—Creemos que Gabrielle le es infiel a Blaise —dijo Daphne y Draco sintió que el corazón le daba un vuelco, ¿era posible que Gabrielle estuviera con alguien más aparte de él?

—¿Por qué? —preguntó intentando sonar tranquilo.

—Bueno... da la impresión —respondió su esposa.

—¿La impresión?
—Ya sabes, de ser una mujer que le gusta gustar. Seguro tiene más de un amante.
—¿O sea que son sólo suposiciones suyas?

—¡No son suposiciones! —exclamó Daphne—. Estoy segura, reconozco a las de su clase... No sería una mala idea invitarla y vigilarla, Blaise merece algo mejor.

Draco sonrió a medias, sabiendo que Daphne se refería a ella cuando decía "algo mejor".

—Blaise ama a Gabrielle —les aclaró Draco, sabiendo lo mucho que le molestaba esa oración—. Gabrielle ama a Blaise y van a casarse. No cuenten conmigo para su artimaña infantil.

—Draco... —comenzó a decir Astoria pero el rubio ya se había puesto de pie y entrado a la casa.

Se encerró en la alcoba principal y respiró con fuerza. Las suposiciones de las mujeres eran correctas, Gabrielle le había sido infiel a Zabini, no sabía si se consideraba como su amante pero temía que descubrieran que era él con quien se había acostado y que, si la invitaban, seguramente volvería a hacerlo. Decidió que era un infiel sin remedio, débil cuando se trataba de Gabrielle Lancaster.

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