Un regalo para Jungkook | Kookmin AU

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Domingo 1 de septiembre
12:00 p.m.

La fiesta de cumpleaños de Jungkook era en la piscina de su patio trasero, no habían tantas personas como había imaginado, normalmente las fiestas de cumpleaños de su mejor amigo significaba ver a unas 150 o 200 personas juntas, así que esas casi 30 personas era un número muy reducido.

Jimin conocía a la mayoría de gente ahí, ya sea porque habían sido compañeros durante sus años de escuela o porque habían trabajado juntos. Era muy común que los amigos de Jungkook sean amigos suyos. Pasaban mucho tiempo juntos.

De alguna manera era muy nostálgico en ese momento, aún recordaba cuando había conocido a Jungkook, ambos cursaban el mismo año a pesar de que Jimin fuera mayor por dos años. Era un chico muy introvertido y excluido, mala combinación, pero eso no fue impedimento para que Jungkook intentara romper las barreras que él mismo se había puesto al rededor.

Habían sido buenos amigos desde entonces. Agradece tanto que ese chico menor con los ojitos más lindos que había visto le haya hablado aquel día, lo ama mucho, no se imagina una vida donde Jungkook no estuviera, los mejores recuerdos en la escuela los tenía junto a él, eran inseparables.

La mayoría del tiempo la pasaban juntos, estaban tan acostumbrados a la presencia del otro, a su voz, a sus risas y a sus formas tan distintas de ser, era como una parte esencial en sus días, esa que no pueden no tener, tanto así que cuando ese nerviosismo y esos sonrojos aparecieron ese rutina no se percataron al instante.

O simplemente estaban negados a ello. Todos los que los conocían los trataban como si fueran casi hermanos. Jimin ni siquiera estaba seguro de que Jungkook sintiera lo mismo, desde hace unos años habían empezado a coquetear sutilmente, pero consideraba que era algo así como un juego por la confianza que se tenían, era algo que le asumía a la edad, estaban en sus veintes, eran un poco más jóvenes cuando eso comenzó, así que simplemente lo relacionó con las hormonas.

Pero habían pasado 7 años desde eso y nada cambió. Ni las sutiles muestras de afecto, más allá del amistoso, ni los sonrojos y sonrisas coquetas. Una parte de ellos lo sabía, pero la otra estaba negada, eran la amistad más bonita que habían tenido en sus vidas, se complementaban y eran perfectos juntos, pero ninguno quería arriesgarse a perder todo eso.

Es por ello que preferían ignorar todo y quererse muy en el fondo a su manera.

Jungkook había sido el primero en dejar de intentar tener citas o relaciones, muy a su manera era una forma de motivar a su amigo, motivarlo a elegirlo a él.

Jimin dejó de intentarlo poco después, la verdad es que nunca se interesó lo suficiente en relaciones, quizás porque ninguna de sus citas fue con la persona que él quería. Sus novios parecían más citas casuales que parejas formales. Así que simplemente ambos eran hombres solteros cercanos a los 30.

Sorprendentemente habían madurado, a pesar de tener sus momentos donde aún se comportaban un poco infantiles había construido una vida. Jungkook era un hombre exitoso en el mundo de los negocios, había decido seguir la tradición familiar y en unos años sería el CEO de la empresa de su padre.

Mientras Jimin no había tenido el mismo existo, había estudiado criminología pero nunca pudo ejercer, así que se conformó con trabajos en oficina, era secretario en una buena empresa así que la paga era buena, pero últimamente tenía problemas.

Eran tan contrarios en todo, desde su tipo de vida, cosa que no siempre se recalcaba pues Jungkook nunca fue alguien que disfrutara presumir sus comodidades y lujos, también su educación y sus trabajos. Sus personalidades también eran distintas en un principio, pero de alguna manera se habían combinado y habían formado una sola. Eran tan compatibles y tan diferentes.