Uno

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Cuando el Amor enfrenta el poder

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Cuando el Amor enfrenta el poder.

Capítulo 1


Cuatro meses antes.

El mundo sería tan perfecto si solo Tessa pudiera ser más puntual, o al menos eso pensaba Ariana mientras suspiraba. Miró su reloj por quinta vez, escuchando el bullicio de los clientes en el restaurante abajo. Gruñó, quejándose de lo ruidosos que eran en Nueva York. Apenas eran las 8:00 a.m., y olvidaba que NY era un lugar totalmente ruidoso. Llevaba exactamente una hora esperando, y cada vez se desesperaba más porque Tessa no daba señales de aparecer.

Por Dios, soy Ariana Donoso, a mí nadie me hace esperar, yo los hago esperar.

Pero eventualmente, alguien sí lograba ese placer. Se moría por saber qué excusa idiota le daría Tessa por no llegar a tiempo a la pequeña reunión que tenían en su dichoso restaurante, "Amore Mio," el mejor restaurante según lo que se decía, pero la chef estrella aún no se aparecía.

Ariana le dio un sorbo a su café.

Si en diez minutos no llegas, me tendré que ir y regresar después.

Finalmente, pudo verla llegar de lo más tranquila, o al menos esa era su expresión. Tessa terminó de subir el último escalón y se acercó hacia ella. Venía con su cabello negro azabache amarrado en una coleta no tan alta, vestía pantalones cómodos negros y una camiseta blanca de chef, con su reloj en la mano.

—Vaya, hasta que la señorita Tessa se digna en llegar por fin— dijo Ariana, quitándose los lentes oscuros cuando Tessa se sentó en la silla.

—Pero si es la desquiciada del 215— Tessa se apoyó en la mesa— ¿Qué pasa que mi querida vecina viene a visitarme?

Ariana rodó los ojos.

—No te hagas ilusiones.

Tessa soltó una risa amarga.

—¿Vienes a pedirme perdón?

—En tus sueños será.

—Se me olvidaba que eres Ariana Donoso, ¿no? Tú no conoces la palabra perdón.

Tessa no entendía qué hacía Ariana en su restaurante y menos a esa hora de la mañana. Siempre era una mujer extremadamente ocupada, ¿cómo venir a perder su tiempo con ella?

—Ahórrate tus idioteces, ¿quieres?— dijo Ariana dejando sus lentes en la mesa. Sus ojos azules eran más intensos de lo normal.

Tessa suspiró cansada. Ariana se acomodó en el sillón y se cruzó de piernas, para verla con su mirada fría y dominante.

—¿Qué?

—Llegaste tarde— murmuró Ariana.

Tessa rodó los ojos.

ᵠᵘⁱᵉʳᵉᵐᵉ ˢⁱᵉᵐᵖʳᵉ - [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora