𝑌𝑜𝑢𝑛𝑔𝑒𝑟 𝑡𝒉𝑎𝑛 𝑦𝑜𝑢 ✨ /𝑏𝑎𝑘𝑢𝑡𝑜𝑑𝑜/

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—¡Me aburro!— gritó Jiro debido a lo alta que estaba la musica en el salón.

—¡Si! Al menos ahora hay comida— Denki sonrió mirando la mesa con deseo.

—¿Tenés hambre?— Ejiro miró al albino quien negó al escuchar la pregunta.

Todoroki no había visto a Katsuki en toda la noche, ya sus esperanzas de verlo eran nula. Seguro Denki había delirado sobre el rumor, soltó un suspiro pensando en lo mucho que se había producido para él.

—Voy al baño— dijo avisandole al pelirrojo y sin darle tiempo a responder se alejo hacia el otro lado del salón.

Había pensado en como irse al departamento de su clase sin ser descubierto y después de un rato ideando como hacer para irse se acordó de que en uno de los cubículos del baño había una pequeña ventana por donde podría salir.

Él albino entró a los baños y caminó hacia él último cubículo. Frunció él ceño al ver que esté estaba ocupado y sin importarle comenzó a golpear a ver si alguien respondía.

—¿Hay alguien?— espero unos segundos y al no oír respuesta soltó un pequeño suspiro, sacudió la puerta levemente sin lograr nada ya que está tenía traba.
—Necesito entrar a este baño—

—Esta ocupado—

—Ee no me importa, necesito entrar a este baño—

—¡Dije que está ocupado bastardo!—

Shoto inclinó su cabeza hacia un costado ¿Era su imaginación o había escuchado la voz de Katsuki? Su corazón se aceleró al sentir los nervios que abundaban por su cuerpo.

—¿Bakugo?— preguntó rezando que no sea otra persona la que estaba detrás de la puerta.

—¡¿Eh?!— la puerta se abrió de golpe, dejando ver una cabellera rubia ya conocida.
—¿Shoto?— la cara de Katsuki cambio al instante en el que él menor se atravesó por sus ojos.

Él albino alzó su ceja al ver la cara de terror que el rubio tenía.

—¿Tan feo— no pudo terminar su frase al ver cómo una cabellera verde se asomaba por atrás del cuerpo del rubio.

Su cuerpo se paralizó y sintió como su corazón se empezaba a quebrar de apoco. Intentó darse media vuelta pero ni siquiera podía mover la punta de sus dedos.

—¡Shoto! Que vergüenza— el peliverde río nervioso observándo a su alumno.
—Es lindo volver a verte, estás muy coqueto ¿Querías enamorar a alguien?—

El silencio incómodo abundaba en los baños y la pregunta que el héroe acababa de hacer se perdía en el aire, Bakugo y Todoroki se miraban en silencio.

Izuku al sentir cierta tensión extraña agarró la mano del alto indicándole que debían irse.

—Bueno ... Nos vamos— empujó levemente al rubio.
—Nos vemos el lunes Sho— y sin más ambos salieron del baño.

Él albino entró al baño con las pocas fuerzas que sentía y al instante su cuerpo calló desplomado sobre el piso. Soltó un sollozo, seguido de otro un poco más fuerte. No quería llorar pero su cuerpo iba en contra de él.

Acaricio sus mejillas empapadas de lágrimas intentando acordarse cuando había sido la ultima vez que había llorado y si está era la primera.
Sus planes habían cambiado totalmente, le gustaría estar llorando en su cama pero sus piernas no respondían como si estás anhelaran quedarse ahí.

Por un momento llego a pensar que se quedaría así para toda la vida, por más exagerado que suene realmente lo pensaba.

Sintió unos pasos acercándose hacia donde el estaba por lo que cerró los ojos intentando hacerse invisible.

—¿Shoto? Estabas tardando mu— era Ejiro.
—¿Que pasó?— la preocupación se adueñó del pelirrojo al ver el estado de su amigo, se agacho para poder mirarlo a la cara, tenía los ojos aguados  e hinchados. 

—Kiri ...— él albino rompió en llanto y se abalanzó hacia el cuerpo de su amigo buscando refugio.

El pelirrojo lo abrazo sin esperar ninguna explicación del porque se encontraba así, se quedó a su lado envolviéndolo en sus brazos y acariciando sus cabellos con cariño.

—Todo va a estar bien— dijo en un intento de consuelo.
—Vamos al departamento ¿Querés?—

El pálido asintió entre lágrimas las cuales fueron limpiadas con cuidado por las manos del pelirrojo.

⋙⇹⋘

Era un domingo lluvioso y el día ameritaba dormir o al menos así lo había dictado el albino, él y sus amigos se encontraban en la habitación de Ejiro quien compró una merienda bastante abundante y rica.

Shoto había estado recostado en la cama desde aquel encuentro incómodo que había tenido con los dos héroes. Y por eso Ejiro había insistido en que sí iba a dormir al menos lo haga con la presencia de sus amigos.

Los cuatro chicos jugaban al UNO un juego que acostumbraban llevar siempre con ellos.
Kaminari sonrió con maldad y tiro un +4.

—JA cambio aaa rojo— miró a Jiroo quien revolio los ojos.

La bajita tiró un +2 rojo y miró a Momo con pena.

—¡Kyo! Menos mal que yo también tengo— tiró otro +2.

—¡Hey!— los tres chicos rieron al ver la cara de  indignación de Ejiro.

El pelirrojo se encontraba apoyado contra la cama, y con la cabeza de Shoto reposando sobre su hombro al costado de la suya.

—¿Tiro está?— le preguntó al albino quien negó levemente y señaló otra carta.
—Bueno— sonrio con maldad mirando al rubio y tiro un +4.
—Cambio aaa ...—

—Verde— dijo él pálido viendo la cara de terror de Denki.

—NOO— tapó su cara con desesperación.

—¡Son 12 cartas!— Jiroo río dejándose caer hacía atrás por el ataque de risa que la reacción le había generado.

—¡No se rían! No sé vale—

—No seas tramposo Kaminari— la pelinegra frunció el ceño mientras que le repartía 12 cartas.

Shoto soltó una pequeña mueca la cual sus amigos tomaron como una pequeña sonrisa.

—¿Querés una factura Sho?— el nombrado negó levemente y se volvió a acurrucar entre las frazadas.
—Son muy ricas ¿Te las vas a perder?—

—No quiero— él pelirrojo suspiro al ver cómo el menor le daba la espalda. Acaricio su cabeza con cariño.

—Te voy a guardar una para que la pruebes despues ¿Está bien?—

Shoto asintió levemente con la cabeza y volvió a mirarlo, sintió como la mano ajena acariciaba su mejilla y posó su mano sobre la de Ejiro mimandola.

Momo tosió levemente mirándolos.
—Te toca Kiri—

El pelirrojo sin alejar su mano de la cara del albino tiro un +4 soltando una carcajada al ver la cara del rubio quién por poco y se le tiraba encima.

Todos rieron al ver cómo el rubio revolio las cartas enojado.

—¡Denki!— lo retó Momo.

—¡Perdon!— con miedo se puso a juntar las cartas que había desparramado.

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🙂