"tenía el arcoiris más hermoso en sus ojos, porque al mirarme pintaba de colores mi vida"
Jimin un joven nacido en la época del año 1976 padese, de leucemia terminal y faltó aproximadamente una semana a clases lo cual había perdido los exámenes fina...
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Septiembre... Busan
Era invierno de 1994, el viento galopaba en las hojas de los árboles, mientras la nieve caía de un cielo blanquecino. Un pequeño joven de dieciocho años estaba de camino a su cita en la clínica central de busan.
Jimin era una persona muy diferente, amaba las pequeñas cosas de la vida, hasta las más insignificantes, un dulce joven nacido en 1976, amaba en demasia los libros sobre todo orgullo y prejuicios y El principito sus libros favoritos, los leia diariamente, la radio era una cosa que odiaba en demasia, decía que en cualquier momento podria explotar.
A la edad de tan solo, quince años le detectaron leucemia terminal, había una posibilidad de vivir si encontraba un donador de celulas madres. Pero nadie era compatible.
Era una persona positiva, ansiaba poder vivir, su más grande sueño era ser psicólogo, sus padres Park haruky y Park Aerin, hacían todo lo posible para mantener a su hijo sano. Más era imposible cada día estaba peor dormía demasiado, sus mareos y cansancios eran muy repentinos.
Tal vez solo tal vez podía haber algún donador de celulas madres, habían personas compatibles. Pero estás rechazaban la oferta que les ofrecían los park, era evidente que no querían renunciar a su vida para dejar que alguien desconocido tenga una oportunidad de seguir viviendo.
Pero Park jimin jamás dejaría que otra persona muriera, para darle su vida. Era evidente que el chico rubio, no quería que alguien más muriera.
La primera persona en ser un fiel donante compatible, iba a seguir viviendo. Pero murio en el proceso de transplante, sus celulas habían dejado de funcionar.
¿Había algún donante, con células fuertes o era cuestión de que murieran para darle una oportunidad de vida?
La probabilidad era nula, si una persona había fallecido en el proceso, absolutamente dejaría de buscar donantes.
Pero, había un problema sus padres, personas dedicadas al trabajo día a día, si bien eran millonarios. Pero la riqueza no compra la felicidad.
Jamás dejarían de buscar donantes, su hijo merecía vivir, una bella persona de buenos sentimientos y un gran cerebro, un corazón sensible y una sonrisa llena de alegría y orgullo.
- No quiero raparme, doctora hay alguna otra cosa que pueda ¿hacer? No quiero quedar pelón la verdad sería humillante!! - suspiro el rubio mientras veía como la doctora lisa quitaba la vía.
Una pequeña carcajada se escapa de los labios de la doctora, mientras terminaba de quitar sus guantes.
- Ya te dije, no vas a raparte solo si la quimio hace efecto y tú cabello empieza a caer, solo relájate reza para que la quimio no sea tan fuerte deberíamos aplicarte una más fuerte ¿vale?- dice lisa mientras anotaba sus nuevos medicamentos en un recetario.
