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•Luna
Llego a mi casa pasadas las dos de la tarde. La noche de ayer fue una tremenda locura. No puedo entender ni creer nada de lo que hicimos, sin embargo ¡Me encantó! Cuando las cosas no las planeas, salen de diez. Paso por el baño, me voy desnudando y ahí veo las mil marcas que tengo. Chupón en el cuello, chupón en un pecho, marca de una mano en la cola, un moretón en la cadera y otro en la pierna. Ni hablar de las medias todas rotas. Me río antes de ducharme y en la ducha se me vienen flashes del trío que hice.
Me despierta el ringtone de llamada. Tomo el celu sin abrir los ojos. Al abrirlos, noto que es Aylu. L: Hola. -Mi voz está áspera y ronca, terrible. A: Uh, amiga, ¿Te desperté? L: Si, pero todo bien, ¿Qué pasa? A: Es que ibas a venir a lo de mi tío, ¿Te acordas? Todo bien si no podes. L: Uy, amiga. ¿Qué hora es? A: Las ocho casi. L: ¡No! Me zarpé. Me puse una alarma y se ve que la apagué dormida. Si, si voy. Ahora me preparo y salgo. ¿Tengo que llevar algo? A: No, mi papá y mi tío te compraron hamburguesas vegetarianas, y además los monos de los amigos van a traer de todo. L: Dios, son unos genios. -Me incorporo a las quejas, me duele todo. A: Amiga, está Él. No lo aguanto, no aguanto la presión. Estoy encerrada en el baño. L: Uh, bueno, bueno. Tranqui que en un rato estoy, ¿Si? Me cambio y salgo. Voy en Uber. A: Dale. Te espero.

•Aylen
Salgo del baño y justo viene él. X: ¿Todo bien? A: Ajá. ¿Por qué fuiste el primero en llegar? X: Quedé en ayudar. Además quería verte. A: Sos un histérico, al final. -Salgo caminando, rápido. En el patio están mis papás y el tío prendiendo el fuego. G: ¿Viene? A: Si, si. La desperté pero si. P: ¿Resucitó? A: Así parece. Veremos en qué estado está. -Suena el timbre y me asusto, doy un salto en el lugar. P: ¡Amor! Te asustastes. A: Si, no me lo esperaba, ¿Voy? G: No, no. Yo voy. -Deja todo y se va. Papá me abre un brazo y me acerco, me rodea y besa mi cabeza. P: ¿Mañana te vas de tu mamá entonces? A: Y si. -En ese momento aparece el señor equis. Está serio.- Me reclama todo el tiempo que no comparto tiempo con ella. P: A mi me encanta ser tu preferido, que la chupe tu mamá. -Nos reímos los tres. X: Padres modernos. P: ¿Tomas una birra, amigo? X: Mmm, no. Espero el fernet. A: Él siempre con el fernet. X: Me gustan morochas. P: Amen, hermano. Dios nos regaló a las morochas. A: ¿Ah si? ¿Cuantas tenes? P: Ninguna, por ahora. -El tío se asoma con dos chicas, una rubia y una colorada. Atrás de ellos están Jero, Marcos, Matías y Coco. Nos saludamos entre todos. Las tipas nadie sabe quienes son. G: Ellas son Franca. -La rodea por las caderas y me muero, inaudito esto.- Y su hermana Brisa. P: Bienvenidas a las juntadas Sardelli. B: Gracias por recibirnos. G: Sientanse como en su casa. X: Amigo, yo quiero fernet. J: Uh, yo traje, ¿Vamos a la cocina? X: Dale, ¿Nos queres ayudar, Brisa? B: Encantada. -Los sigue y me enervo, ¿Qué es esto? ¿Ahora se hace el lindo con esta mina frente a mis ojos? Lo que daría por poder darle celos. Lo odio. La mina es una rubia divina, raja la tierra, y él ya anda todo bobo. No puedo evitar meterme a la cocina con ellos. X: ¿Sabes preparar fernet? B: Muy pocas veces preparé. -Él se ríe. Suelta esa risa que me encanta. Llego a la cocina y me nota, pero ni me mira. X: Yo te puedo enseñar. B: Tenes pinta de enseñar bien. -Se miran y me muero. ¡Que hijo de su madre! Me lo esta haciendo a propósito. A: ¿¡Alguien trajo algo para picar!? M: Yo, Aylu. ¿Queres poner en platitos? A: Si, dale. Muero de hambre. J: ¿Viene tu amiga hoy? -Jero guarda bebidas en la heladera, yo ruedo los ojos. A: Si, buitre. M: ¿Qué amiga? -Agarro las bolsas de snack que me alcanza Matías. Brisa y Él siguen a las risas. J: No sabes que morocha. C: Ah, ¡Luna! A: ¡¡Ey!! ¿Cómo sabes? C: Jero la siguió en Instagram y me mostró. A: ¡¡Son unos pajeros!! -Me enojo, estoy sacada. J: Fua, tampoco la pavada. A: Sigan ustedes. -Revoleo todo lo que estoy haciendo y me voy. Me vuelvo a encerrar en el baño. Todas estas situaciones me hacen acordar a como terminé encamada con uno de los mejores amigos de mi papá y tío.

<<A: Amiga te falta mucho??>>

•Patricio
Guido me pidió que trajera mi parlante, el suyo lo tiró Batman, su perro, y lo rompió. Así que salí a buscarlo, lo dejé en el baúl. Un auto estaciona a pasos míos y noto que es Luna quien está dentro. Me mira de reojo, no me sonríe ni nada, charla con el chofer. Le paga y se baja. Al bajarse me sonríe. L: Hola. P: Hola, bonita. -Nos saludamos con un roce de mejillas. Amo su perfume, me enloquece. L: Por favor, me encanta cuando me hablas así pero sabes que no podemos. P: Es cierto, me disculpo. Es que sos demasiado bonita. -Se abre la puerta de la casa de Guido y Aylen se hace presente. A: ¡¡Amiga!! L: Hola ami. Vine lo más rápido que pude. -Se adelantan y se abrazan. A: ¿Te ayudamos en algo, pa? P: No, no. Es esto nomás, vamos. -Las chicas entran y yo las sigo detrás. Luna se queja mientras camina hasta el departamento de mi hermano. A: ¿Mucha joda? L: Si… ayer nos zarpamos. Nos fuimos de tema. A: Eu, ¿Tanto? -Luna asiente y luego corre su pelo y le muestra algo a Aylen, no llego a ver. Mi hija se tapa la boca y se ríe. A: ¿¡Quién te hizo eso, loca!? L: Si te cuento, no me crees. Y no es la única marca, tengo miles. Hasta el pelo me duele. A: Mientras no sea Felipe. L: No, ¡No! Él nunca más. P: ¿Dónde quedó eso de virgen hasta el matrimonio? L: No me pienso casar, así que voy a vivirla al palo. A: ¡Esa es mi amiga! P: Más vale que no sigas los pasos vos. A: Cállese, hombre horrible. -Ellas se ríen y yo me amargo. Me tienen de las narices. Al llegar al departamento de mi hermano, vemos a Jero y Coco jugar a la play, Matías mirándolos jugar. Mi hermano cuchichea con la colorada. Gastón y Facu charlan a las risas con la rubiecita. P: ¿Ponemos música? L: Dale. -Me ayuda a conectar el parlante y enseguida empieza a sonar Rodrigo. P: Uy, uy, ¿Bailas? -Le extiendo la mano a mi hija. A: No. Luna sabe, baila re bien cuarteto. L: No me quemes. P: ¿Por? ¿Arrugas entonces? L: Ay, no sabes con quién estás hablando. -Ella no sabe con quién se metió y me muero por bailar Soy Cordobés con ella. P: ¿Entonces? -Le extiendo una mano. Me mira, sonríe de costado y finalmente se decide a bailar conmigo. ¡Increíble! Se deja llevar pero es enérgica, mueve esas caderas y me sonríe. Me hace mierda, me encanta esa sonrisa permanente, esa mirada vivaz, ¡Qué mujer! Me la comería de un bocado. En el mejor momento siento que me la arrebatan de las manos, es Aylen. A: Amiga, dame un segundo. -Me agarra de los brazos y me arrastra a unos metros, hacia el pasillo del baño. P: ¿¡Qué te pasa!? A: ¿¡¡Vos te pensas que soy tonta, no!!? -Uh, está como loca. P: ¿¡Qué bicho te picó ahora!? A: ¡¡Te querés bajar a mi amiga!! ¡A mí amiga, papá! -Sus ojos son puñales. Dios mío, era obvio, ¿Cómo podría ocultar esto frente a los ojos de mi hija? Si la pibita me conoce como a nadie y encima no me sale disimular cuando estoy frente a Luna. P: ¡Bajá la voz! Estás exagerando. A: No estoy exagerando, no estoy loca ni estoy inventando nada. Te vi. Veo como la miras, como le hablas, hasta te cambia el tono de voz. Te pones como un viejo verde baboso. P: Bueno, bueno. Entendí. -Levanto mis palmas y siento como se me enrojece la cara. A: ¡Ah! ¡Lo estás admitiendo! Te mato, papá. A los dos. P: Para Aylen, bajá un cambio. No me gustan nada las actitudes que estás teniendo conmigo. No funcionan así las cosas. No me podés hablar así, hacerte la loca. Para un poco. A: ¿Y vos podés hacerte el lindo con mi amiga frente mío? -Se cruza de brazos. Re cabrona. G: ¿Qué pasó acá? -Se asoma por el marco y luego se acerca. P: Sacamela de encima. A: Se piensa que soy tonta y no me doy cuenta que está intentando levantarse a Luna. Sobre mi cadáver. -Las palabras de mi hija me matan, tiene razón, no puedo sucumbir a los deseos. Realmente tengo que parar. G: Uh, piojito, que pesada. Lo hablamos ayer. P: ¡Qué hablaron! -Se me congeló la sangre. A: Me quiere convencer que no tiene nada malo que te levantes a Luna y está tan equivocado. -Ahora también está enojada con su padrino. P: No me la quiero levantar. A: Pero te gusta. -Me mira muy fijo. Me increpa. Quiere que se lo niegue o lo admita. G: Aylu… A: Negamelo Patricio, dale. P: Basta. G: Aylen, ¿Te podés calmar? A: No, mejor me voy. P: ¿Eh? -Salió a la velocidad del rayo hacia el living.

•Aylen
A: Amiga. -Todos cortan la charla, me miran, Él me mira y me pone frenética. Sigue con la rubia al lado. Regaladísimo. L: ¿Qué pasa? -Luna no entiende nada, me mira confundida. A: ¿Venís un segundo? L: Si. -Enseguida se incorpora. Gas: ¿Todo bien? L: No sé. A: Si, si. Sigan con sus asuntos. -Hago énfasis en esa palabra. Luna me sigue y entonces salimos al jardín del condominio. L: Tranqui, amiga. A: No, puedo, Luna. Vamos a los bancos. -Caminamos unos metros en silencio. Nos guié hasta la plaza que está en el centro y me senté en uno de los bancos, ella se sentó enfrente. L: ¿Te querés ir? Vamos a casa. A: Estaría bueno si. Acá el único problema es que vos te querés levantar a mi viejo. L: ¡Qué! A: Mira, estoy cansada de que me tomen por boba, por nena chiquita. Me doy cuenta de absolutamente todo; se re miran, Luna. ¿Qué querías que hiciera? ¿Que no diga nada? ¿Te parece correcto eso? ¡No me voy a quedar de brazos cruzados viendo como coqueteas con mi papá! L: Estás re equivocada. -Me habla súper liviana. A: Sos cínica. L: ¡No! A: Si, obvio que lo sos. Y lo sabes. Decime la verdad. L: ¡Que verdad! Estás flasheando. A: Te gusta mi papá, admitilo. L: No. A: Listo, deja. Mejor me voy. L: ¿A dónde te vas? -Me sigue detrás, mientras camino hacia la casa de mi tío. Veo venir al susodicho y mi papá. G: ¡Aylen, dale! A: Me voy a ir. P: Pero, hija, ¿Qué te pasa, loco? Me preocupo. Necesito verte bien, necesito ver a la Aylen que yo conozco. ¿Qué puedo hacer por vos? Lo que sea, hija. Solo decilo. A: Que me dejes ir, eso quiero. Me voy a lo de mamá. No quiero estar más acá. P: Te llevo. A: Dejame en paz. Quedate con tus amigos y mi amiga. L: ¡Ey! A: Me voy. -Me alejo caminando y para mí sorpresa, por suerte, no me sigue nadie.

•Luna
G: La voy a llevar yo, brother. Despreocupate. P: ¿Si? -Se lo nota super nervioso. G: Yo la llevo de los pelos y después vuelvo. -Se va rápido hacia su casa. Lo observo unos segundos y noto su semblante, está roto. L: Yo también me voy a ir. P: No, pero… L: Aylen tiene razón, ¿No te parece? P: Si, pero me gustas tanto. Ese ratito que bailamos, fui feliz. Siempre quise conocer una mina como vos. -Logra que se me acelere el corazón y se me erice la piel. Yo también siempre soñé conocer un hombre como él. ¿Cómo se lo explico? L: Es un honor para mí ser esa chica, pero realmente no vamos a poder caer en esto. -Se escucha un ruido, que nos desconecta. Guido viene hacia nosotros, trotando. G: Brother la convencí, la llevo a lo de Romi y vuelvo. P: Sos lo más, ¿Qué haríamos sin vos? G: La nada misma. Chau, nena. ¿Te veo después? L: No, me voy. -Entonces nos saludamos y se va. P: No quiero que te vayas. ¿Nos sentamos? ¿Charlamos? L: No. En verdad… en verdad me voy. -No quiero irme. Me muero por saber qué le pasa, qué siente. Me encantaría ayudarlo. Pero realmente tengo que cortar esto por lo sano y antes de que sea tarde. P: ¿Un abrazo? Solo eso. -Me mira compasivo. Asiento y lo rodeo suave y dulcemente. L: Ya se van a entender mejor. Tranquilo. P: Tu perfume me vuelve loco. Tenés el aroma a ser la mina más hermosa del planeta. -Sus palabras me hipnotizan. Me encanta como me trata, como me habla y pretende hacerme sentir. Es un amor. Un dulce. Nos miramos unos segundos y sin decirnos nada, simplemente lo hacemos. Si, otra vez nos besamos.
Parece que no tenemos intenciones de parar, nos pegamos más, nos besamos más. Ambos nos cuidamos de no rozar la locura. El beso tiene el tenor justo de gusto y sensualidad. Me alejo después de un rato, asumo que ya estuvo bien aunque podría seguir por horas, sin lugar a dudas. P: No te puedo sacar de mi cabeza, morocha. -Me puede. Acaricio su cara y vuelvo a abrazarlo. No nos ve nadie, estamos solos, hay silencio y la noche se presta. Estos minutos a solas solo me confirmaron que tenemos mucha química.

𝙹𝚞𝚐𝚊𝚛 𝚌𝚘𝚗 𝙵𝚞𝚎𝚐𝚘 🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora