1-inoportuno☆

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El aula del instituto de Auradon estaba envuelta en la penumbra del atardecer, llena de sombras alargadas que proyectaban las ventanas. Maléfica, con su porte regio y misterioso, estaba revisando papeles en su escritorio, tratando de ignorar la perturbadora sensación de que algo o alguien estaba a punto de interrumpir su rutina.

De repente, una ráfaga helada y un destello de llamas azules llenaron el aula. Hades apareció, con su cabello chisporroteando y su sonrisa de medio lado.

_Hola, mi reina de las tinieblas--dijo con su tono seductor habitual

Maléfica ni siquiera levantó la vista de sus pergaminos.

_¿Qué quieres, Hades? Estoy ocupada

Hades sonrió más ampliamente y se acercó a ella con pasos lentos, disfrutando de la forma en que su presencia llenaba la habitación.

_Oh, vamos, Maléfica… Sabes que no puedo resistir la tentación de verte cuando estás así… tan concentrada… tan seria--Se inclinó sobre el escritorio, casi tocando su rostro con el suyo--Sólo un beso….o dos para recordar viejos tiempos

Maléfica suspiró, tratando de mantener su compostura. Por dentro, luchaba con sus propios sentimientos. No podía soportar la arrogancia de Hades, su manera de irrumpir sin avisar, su ego gigante. Pero al mismo tiempo, había algo en él… algo en la forma en que la miraba que siempre lograba encender una chispa dentro de ella.

_No deberías estar aquí--dijo con firmeza, aunque su voz tembló ligeramente

_Tal vez no debería….pero aquí estoy--Hades no esperó una respuesta. Se acercó más, inclinándose hacia ella, y sus labios casi tocaron los de Maléfica. Ella, casi sin darse cuenta, empezó a cerrar los ojos, dejándose llevar por el momento. Estaba a punto de aceptar el beso cuando…

¡CRASH!

La puerta del aula se abrió de golpe, y Ben irrumpió con pasos firmes y voz decidida:

_Suegra necesito hablar con usted de alg.......

Ben se detuvo en seco al ver a su suegra, Maléfica, a centímetros de besar a su suegro, Hades.

Hades dio un brinco hacia atrás, su cabello azul cambiando a un rojo ardiente de furia.

_¡¿Pero qué demonios?!--gritó, señalando a Ben con una mano temblorosa de ira--¡¿Por qué siempre apareces en el peor momento, príncipe entrometido?!

Ben, incómodo, levantó las manos en señal de disculpa.

_Lo siento, suegro, no era mi intención…

Hades estalló de nuevo al escuchar esa palabra.

_No me llames suegro!--vociferó--¡No tienes derecho a llamarme así! Y, además, ¡interrumpes justo cuando por fin Maléfica estaba aceptando mi beso!

Maléfica cerró los ojos y respiró profundamente, tratando de no perder la paciencia. Sabía que Hades estaba a punto de desatar una tormenta.

_Hades…--intentó calmarlo, pero él no la escuchó

_¡Es mi tiempo con ella!--continuó Hades, dando un paso hacia Ben, su presencia imponente llenando el aula--¡Mi único momento para tenerla cerca sin que nadie interfiera! ¿Y tú te atreves a irrumpir así, con esa sonrisa de "soy un príncipe perfecto"? ¡No puedo soportarlo!

Ben, manteniendo la calma, volvió a intentarlo.

_Entiendo que estaba interrumpiendo, pero solo quería hablar sobre Mal y…

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