Viejo amargado

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Imagina querer divertirte con Cinco, pero que él te ignore...

  —Hey, Cinco —entrabas en su cuarto cerrando la puerta tras de ti.

  —Hola —él te saludó, pero seguía concentrado en las ecuaciones que había por toda la pared. Te acercaste y lo abrazaste por encima de sus hombros.

  —Te noto algo tenso... —colocando besos húmedos en su cuello, causabas que su respiración se acelerará. Sonreíste al ver el efecto que producías en él.

  —¿Qué te parece si te ayudo a relajarte? —hablaste todavía en su cuello e inspirando ese aroma a mentas y café que te volvía más loca de amor por Cinco.

  —No —te separaste sorprendida—. Debo encontrar cómo detener el apocalipsis.

  —Okey —dijiste caminando hacia la puerta—. Viejo amargado —murmuraste, creyendo que no te escucharía.

  —Te oí, vieja caliente —te giraste hacia él fingiendo estar ofendida, con una mano en tu pecho.

  —¿Ah, sí? Pues así jugaremos. Te quedarás sin besos hasta... hasta el apocalipsis.

  —Ja, no creo que tú dures un día sin besarme —te desafió él, con una sonrisa orgullosa.

  —Bien, ya veremos quién gana, viejo amargado —saliste divamente de allí.

  Podías perder cualquier cosa, pero el orgullo nunca.

  Podías perder cualquier cosa, pero el orgullo nunca

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•Pero Cinco, ¿por qué no te dejas amar?💔

•《Cinco Hargreeves Imaginas》•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora