Trilogía 1: La hija del Rey del Mal tiene la apariencia de una diosa. Parte 4

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De regreso en el castillo, fui al despacho del Aub. Apenas me vio mi hermana, despidió a todos menos a los asistentes y me abrazó con más moderación que mi madre.

"Así que la culpable fue la sacerdotisa azul. He oído que no sufriste ningún daño por el veneno y que manejaste la situación con una actitud digna. Has hecho un gran trabajo."

 "Sus palabras me son inmerecidas."

Cuando decidí permitir la entrada de la sacerdotisa azul en la oficina del sumo sacerdote, ya había discutido mi plan con mi hermana, quien es la Aub. Le pedí que no se lo dijera a mis padres.

'No podemos seguir dependiendo de los antiguos Aub para siempre. Como miembros actuales de la familia del Aub, debemos ser nosotros quienes protejamos Alejandría.'

Aunque al principio mi hermana dudaba en mantener en secreto el plan, terminó aceptando tras mi explicación. Durante la ausencia de mis padres, sentí cuán dependiente era Alejandría de ellos. Si yo, que solo ayudé un poco, me sentí así, los adultos seguramente se sentirán aún más. ¿Qué sucederá si mis padres ya no están? Esa idea me aterrorizó, y seguro que también hizo que los demás se sintieran impotentes.

"Lord Ferdinand ha llegado."

El erudito de mi hermana se acercó para anunciar la llegada de mi padre. Asentí al ver la mirada preocupada de mi hermana. Cuando mi hermana dio permiso para que entrara, la puerta se abrió de inmediato.

"Perdón por la tardanza."

Mi padre, con su rostro serio, frunció el ceño tan pronto como me vio. No esperaba elogios desmedidos, así que me preparé para mantener mi sonrisa.

"No importa. ¿Cómo está Lady Rozemyne?"

 "No es grave. Es solo fiebre por la emoción, como de costumbre. Le di su medicina, así que debería estar mejor mañana."

Escuché que mi padre estaría presente en el informe a Aub. Pensé que no lo había visto, pero parece que fue a ver a mi madre. Quizás nos cruzamos en el camino?

El hecho de que priorizara a su esposa enferma sobre su hija envenenada no me sorprendió. Eso es coherencia en su escala de prioridades.

Me senté al lado de mi hermana, y mi padre se sentó frente a nosotros. Mi hermana hizo que los asistentes se retiraran, y mi padre activó un dispositivo mágico de supresión de sonido para áreas delimitadas.

"Bien, por favor, empieza tu informe."

A instancias de mi hermana, empecé a relatar los hechos recientes. El erudito que mi padre había destituido no se quedó tranquilo, sino que se fue acumulando resentimiento contra el gobierno actual, y comenzó a reunir a los disidentes. Era evidente que tarde o temprano causaría problemas, por lo que se decidió que debía ser eliminado lo antes posible. Por supuesto, no se podía tomar medidas solo por el riesgo, se necesitaba una justificación.

"En ese momento, la hija de ese erudito, que es la sacerdotisa azul, vino a decir que, debido a la reducción en las remesas de su familia, quería reducir también sus donaciones. Entonces decidí ponerla a trabajar en la oficina del sumo sacerdote. Si hacía su trabajo con seriedad, perfecto. Pero si, por casualidad, intentaba hacerme daño, podría usar eso como razón para tomar medidas contra su padre."

"...No me contaste nada de esto."

No, no le conté nada a mis padres. Quizás sabían que había una hija del funcionario en el templo, pero no que la había colocado a mi lado, ni que estaba utilizando su enemistad hacia mí para justificar la eliminación de su padre. Mi padre y mi madre solían recibir informes del templo a través de mis asistentes, pero ellos son mis subordinados. Si les ordenaba que guardaran silencio, obedecerían.

"Si te lo hubiera dicho, no me habrías dejado hacerlo. No me habrías permitido usarme a mí misma como cebo."

 "Por supuesto que no."

Mi padre no permitiría nada que hiciera sufrir a mi madre.

"Tenía la intención de tratar con ese funcionario en algún momento. No era necesario hacerlo ahora mismo, así que lo dejé estar. No valía la pena arriesgarte con un plan tan peligroso." 

"Pero, al final, ¿no es mejor haberlo solucionado antes?"

"Solo fue suerte, ¿verdad? ¿Qué habría pasado si no hubieras notado el veneno? ¿O si hubieran usado un método imposible de detener? No es solo tu problema. Los caballeros que no pudieron protegerte y el Aub que lo permitió también habrían tenido que asumir la responsabilidad."

"..."

"Es increíblemente insensato permitir que una sacerdotisa, que probablemente te guarde rencor, se acerque a propósito. Es demasiado peligroso. Solo aquellos que pueden protegerse con certeza tienen ese permiso. No me digas que te has sobreestimado a ti misma."

Su tono frío y firme me hace querer disculparme de inmediato. Sabía que me regañaría, pero eso no me ayuda a controlar el miedo. Mi padre enojado da mucho miedo. Pero no puedo echarme atrás.

Me armo de valor, animada por la presencia de mi hermana, que parece querer mediar, y sacudo la cabeza lentamente.

"...Padre. Yo solo hice lo que pude cuando era necesario."

"¿Qué dijiste?"

"Dices que eventualmente te encargarás de ello, pero ¿Cómo sabes que estarás bien hasta ese 'eventualmente'? No quería dejar pasar una oportunidad clara para atrapar al enemigo por confiar en un futuro incierto."

¿Cómo puedo estar segura de que no volverá a ocurrir un evento donde la maná de mis padres sea absorbida por mi hermano? Y si algo le sucede a mi madre, Alejandría perderá su valor como patio de recreo. Entonces, ya no habría sentido en que mi padre protegiera el territorio. Para cuando te arrepientas, será demasiado tarde.

"Si crees que mi forma de hacer las cosas es peligrosa e insensata, enséñame el modo correcto, padre. De lo contrario, lo volveré a hacer. Para proteger a Aub, a la gente, y a Alejandría, haré lo que sea necesario, incluso si es un poco arriesgado."

Los ojos de mi padre se abrieron un poco. Mi madre, que siempre sonreía con la simple compañía de libros y familia, nunca diría algo así.

¿Se habrá dado cuenta ahora? La niña que está sentada frente a él no es la viva imagen de mi madre.

"No soy mi madre. Soy tu hija, una miembro de la familia archiducal de Alejandría. Si es por el bien del territorio, haré lo que sea necesario, incluso si eso significa herir y engañar a otros... Aun así, ¿dirías que no es necesario, que es demasiado pronto?"

La hija que se ha distanciado de la sombra de su madre seguramente perderá aún más el afecto de su padre. No me importa. Después de todo, nunca me ha prestado atención desde el principio.

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Editora: Esta niña es problemática en cuanto personalidad... Idéntica a su padre y una heredera a la sucesión bastante capaz y valiente. Pero cada vez aumenta la grieta que tiene con su padre... Es triste. T-T.

Disculpen si la encuentran larga para ser la 1ra de 3 trilogías, pero solo esta tiene 38,000 caracteres japoneses y apenas vamos por la mitad. La siguiente parte será del punto de vista del hijo menor.

Trilogía del Rey del mal y sus hijos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora