Prólogo.

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𝐎𝐜𝐞𝐚𝐧 𝐁𝐥𝐮𝐞: 𝐄𝐥 𝐚𝐳𝐮𝐥 𝐨𝐜é𝐚𝐧𝐨 𝐞𝐬 𝐮𝐧 𝐭é𝐫𝐦𝐢𝐧𝐨 𝐝𝐞𝐬𝐜𝐫𝐢𝐩𝐭𝐢𝐯𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞 𝐮𝐬𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐫𝐞𝐩𝐫𝐞𝐬𝐞𝐧𝐭𝐚𝐫 𝐮𝐧 𝐭𝐨𝐧𝐨 𝐨 𝐦𝐚𝐭𝐢𝐳 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐢𝐜𝐮𝐥𝐚𝐫 𝐝𝐞𝐥 𝐜𝐨𝐥𝐨𝐫 𝐚𝐳𝐮𝐥, 𝐪𝐮𝐞 𝐫𝐞𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐚 𝐚 𝐥𝐚𝐬 𝐯𝐚𝐬𝐭𝐚𝐬 𝐲 𝐩𝐫𝐨𝐟𝐮𝐧𝐝𝐚𝐬 𝐚𝐠𝐮𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐨𝐜é𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨.







Salt Lake City,
en algún día de 2015.




El aire dentro de esa habitación era casi irrespirable. El ambiente se sentía tan denso y sofocante, y la tensión era tan palpable que era capaz de cortarse con un cuchillo. Max se sentía atrapado, como si las paredes se cerraran sobre su alrededor y como si cada segundo estando allí le arrebatara otro pedazo de su ser.

Buscó la mirada de su padre y en ese instante, supo que ya no había vuelta atrás. Su corazón comenzó a palpitarle de manera desenfrenada y el momento de callar o huir por fin lo había alcanzado.

Su vista se ensombrecía con cada segundo que pasaba y no veía oportunidad alguna de poder escapar.

Podía sentir la mirada tan fría y dura como un glacial de su progenitor, perforándolo hasta en la profundidad de su interior y haciéndolo sentir como un minúsculo ser inferior.

Sus ojos lo miraban con un aire lleno rechazo y desaprobación, negando con cada oportunidad que tenía en su dirección y apartando su vista rápidamente. Como si cada segundo que lo observara fuera una carga insoportable.

—¡Eres una maldita vergüenza! —Escupió su padre, con un desdén que retumbó hasta las paredes. 

—Papá, yo...—Max intentó decir, pero la voz le salió quebrada, apenas con un hilo de sonido. 

—¡No te atrevas a volver a llamarme de esa manera! —Aseveró su padre, acercándose un paso más en su dirección. —¿¡Cómo te atreves a hacerlo después de todo lo que hiciste!?

Max bajó la cabeza y calló, sintiéndose incapaz de poder decir algo. Se contuvo inmóvil, de pie al interior de aquella habitación, completamente paralizado. Sentía un torbellino de rabia y tristeza formándose en su interior, y la humillación que estaba sintiendo en ese momento dejaba atrás toda dignidad humana.

—¿Cómo pudiste hacernos esto? —Continuó el mayor, con su rostro completamente transformado por la ira.—¿A caso esto es en todo lo que te quieres reducir? ¿En esto quieres echar a perder toda tu maldita existencia? ¿En ser un jodido ma..? —Se atragantó con la palabra, incapaz de poder decirla sin sentir que le causara aversión.—Un maldito error de la naturaleza.

Max sintió cómo la ira y la desesperación le ardían en el pecho. Quería gritar, quería poder defenderse, pero las palabras se quedaban atrapadas en su garganta, sintiendo como su propia voz lo abandonaba. Sus piernas comenzaron a flaquear y sintió el calor extendiéndose por todo su cuerpo.

Ya no quería callar. Sabía que pronto dejaría de hacerlo.
Llevaba muchos años ocultando su propia voz, en un intento de no incomodar, de no ser él mismo. Y sin embargo, el precio de su sacrificio no había rendido ningún fruto, haciendo que Max se hundiera día con día en la profundidad de un abismo, soñando con obtener su libertad. Una libertad que le había sido arrebatada.

Alzó su vista y sus ojos se encontraron con los de su madre, quien estaba aún en estado frágil recostada sobre aquella cama, completamente pasmada y en silencio. La miró durante unos instantes, aguardando con la esperanza de poder hallar alguna clase de defensa, pero no la obtuvo. Solo se encontró con más silencio. Y ese silencio destrozaba a Max más que cualquier otro grito que pudiera dar su padre.
En ese momento, comprendió que estaba completamente solo.

𝟔𝟓𝟒, 𝐎𝐜𝐞𝐚𝐧 𝐁𝐥𝐮𝐞. || CHESTAPPENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora