Max Verstappen aparenta ser todo lo que un buen padre de familia desea para sus hijos, dentro de una familia "convencional". Un joven universitario muy sobresaliente, y con un futuro laboral que cualquier ser terrenal soñaría con tener.
Pero eso no...
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"𝘞𝘪𝘵𝘩 𝘩𝘢𝘭𝘧 𝘵𝘩𝘦 𝘵𝘢𝘯𝘬 𝘢𝘯𝘥 𝘦𝘮𝘱𝘵𝘺 𝘩𝘦𝘢𝘳𝘵"
𝐁𝐨𝐬𝐭𝐨𝐧, 𝐌𝐚𝐬𝐬𝐚𝐜𝐡𝐮𝐬𝐞𝐭𝐭𝐬 ᴘʀᴇꜱᴇɴᴛ
Max no podía dejar de mirarlo. Cada palabra que Sergio decía, resonaba en su cabeza como un eco distante, dejándolo demasiado absorto en el interior de su tormenta. Era como si, de pronto, el tiempo se hubiera detenido, y lo único que existiera en aquel vasto lugar fueran solo ellos dos. Los rostros de los demás asistentes se desdibujaban entre las sombras, las voces se convertían en un murmullo monótono, y la luz parecía enfocar únicamente la figura de Sergio en medio del escenario.
Max intentaba concentrarse en las palabras que salían de sus labios, pero le era imposible. Todo lo que percibía era la intensidad de su mirada, la precisión de sus gestos al hablar y la forma en que la atención de todos los presentes parecía gravitar hacia él, como si fuera el núcleo de todo el salón. Había algo magnético en la manera en que Sergio se movía, tan seguro, tan dueño de la situación. Cada pausa calculada, cada sonrisa breve al responder a las preguntas de los académicos que se le acercaban, solo hacían que la atracción de Max hacia él se sintiera más intensa, más peligrosa.
"¿Qué demonios me pasa?" pensó Max, sintiendo cómo la ansiedad le tensaba los hombros.
"Es solo un hombre hablando de negocios. Has visto decenas como él." Pero, aun mientras trataba de racionalizarlo, sabía que mentía. Había algo dentro de Sergio que no lo hacía sentir como todos los demás. Como nunca lo habían hecho.
Desde aquel primer encuentro en ese bar de Florida, Max había tratado de olvidar esos ojos oscuros y la presencia dominante de Sergio. Había intentado convencerse de que solo había sido un momento pasajero, una mezcla de alcohol y de sentirse vulnerable.
Pero ahí estaba él nuevamente, y a tan solo unos cuantos metros, hablando de estrategias financieras y de liderazgo, con aquella misma calma con la que lo había sostenido esa noche.
Max tragó saliva, sintiendo el corazón acelerado. Sabía que había algo más en juego. No era solo atracción, ni siquiera simple curiosidad. Era la forma en que Sergio parecía haber atravesado aquellas líneas invisibles que él siempre se había encargado de mantener tan firmes y protegidas. "Creo que me está mirando" pensó de repente, y la certeza de esa idea lo hizo temblar. El leve cambio en la postura de Sergio, la breve pausa cuando sus ojos se deslizaron por el salón, hasta detenerse en donde él se encontraba, escondido entre la multitud, lo confirmaban.
—Max... —susurró Logan a su lado, dándole un leve codazo—¿Seguro que estás bien?
La voz de su amigo lo devolvió bruscamente al presente. Max parpadeó, desorientado, y se dio cuenta de que llevaba demasiado tiempo mirando fijamente. Se removió incómodo, apartando la vista y esforzándose por adoptar una expresión neutral.
