Ella.

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Viernes...

Educación física...

5 de la tarde...

Cancha de grass...

Sin profesor...

Estaba hablando con Kiara mientras veíamos a los demás jugar en la cancha. Ya había pasado unas semanas de lo último.

—Holaaaa, ¿les presento a mi amiga Lady Esmeralda?—Aparecio de la nada Hegai, bueno, así era ella. Ambos aceptamos, y nos guío.

Y ahí la vi...

Nos acercamos y la saludamos. Terminamos en una bonita plática los tres, ya que Hegai se fue. No recuerdo a dónde y en ese momento poco me importaba.

Ella tenía algo que la hacía única, nose que era, pero sabía que había algo.

Decidimos ir a los baños, pero en el camino, vimos a una de nuestras compañeras sola en las gradas. Esmeralda y yo decidimos jugar "Piedra, papel o tijera" para ver quién le hablaba. Terminé hablándole yo.

Perdí contra ella el primer día que nos conocimos. Debía tomarlo como una señal. Fue demasiado tarde cuando me di cuenta de aquello.

•••••

Sinceramente no hablábamos mucho.

Hoy fue algo diferente.

Estaba en mi sitio, la cabeza agachada. La mente hecha un lío, yo estaba hecho un lío. ¿Porque justo ahora? Me repetía una y otra vez.

No un ataque de pánico porfavor...

Estaba bien...

Deja de pensar, deja de pensar. ¡Deja de pensar!

En ese momento aparecieron, en ese momento me ayudaron, en ese momento me sentí mejor.

Kiara me abrazaba, Esmeralda tomaba mi mano entre la suya.

Y sentí mi cuerpo temblar bajo su toque.

Pero... ¿Solo me estaba sosteniendo de la mano, no? Era algo normal. Entonces... ¿Por qué con Kiara no sentía aquello?

El primer choque electrizante.

•••••

Estoy loco.

¿O realmente no pensé y le dí un chocolate?

—Una pregunta, pero no sé sientan incómodos.—dijo Kiara, con una mirada curiosa.

Ambos aceptamos y entonces, ella pregunto eso que tanto mi mente no quería procesar.

—¿Se gustan?

Ambos negamos, yo me puse nervioso, recontra nervioso y dije la peor babosada que se me vino a la mente.

—No, a mí me gusta Briza.

Mentira.

•••••

¿Pedirle el número a aquella chica, me haría feliz?

Dios... Si cuando me lo dió, salte de felicidad, era el chico más feliz del mundo.

Dias hablando por Whatsapp, bromas, risas, conociéndonos. ¿Mi mejor amiga? Ya lo era.

Pero no todo es color de rosa...

•••••

Pasaron los días. Yo empecé a jugar voley todos los recreos, tocaba el timbre y me iba. Se volvía una rutina, todo por ignorar esa voz en mi cabeza, todo por ignorar lo que sentía. Porque sentir te hace débil.

Nose que pensaba ella. Mejor dicho ellas, las ignoraba a ambas, no quería, pero estaba demasiado confundido.

En esos días conocí a Anjali, a la chica que le hable ese día en las gradas, al parecer prefería sentarse conmigo que con otra compañera. No la culpo, a veces es incómodo cuando las personas molestan mucho.

Ella me hizo darme cuenta de mis sentimientos, aceptarlos. Mi mente seguía hecha un caos.

Viernes por la noche, le contesté un estado a esa chica con algo cautivante en su ser. Empezamos una conversación, sabía que estaba enojada, me lo hizo notar.

Me gustaba.

Era difícil de aceptar.

Hablábamos por Whatsapp.

Vargas Leon

¿Y si te digo que me gustas?

Lady Esmeralda

¿Y si te digo que también me gustas?


Y eso me marco.

Amar sin limitaciones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora