Ya llevaba tres malditas semanas en ese lugar y no daba más de sí. Alastor no paraba de seguirme, de mirarme, o de vigilarme, aunque lo hacía normalmente discretamente. había otros momentos en los que se acercaban a mí y me hacía preguntas muy raras, o nada más intentaba iniciar una conversación. Yo siempre intentaba ignorarlo,Pero es que no sé que tenías a maldita sonrisa que me hacía no querer alejarme.
yo intentaba ser lo más fría posible, pero con la educación y la calidez con la que él me hablaba, me resultaba realmente difícil.
ahora mismo me encontraba en mi oficina, gestionando unas cosas de papeleo cuando alguien llamó a la puerta.
-Pasa- dije, con mis ojos aún en los papeles.
la puerta se abrió y para mi sorpresa no era Charlie quien se encontraba ahí, sino Alastor.
me maldije a mí misma por no haber preguntado quién había tras la puerta antes, pero ya no había vuelta atrás.
Alastor dio un paso dentro con esa sonrisa tan irritante en su cara.
-Ahora no puedo, sonrisas, estoy ocupada- le dije, apartando la mirada de nuevo mis papeles.
Alastor ignoró ese comentario y se acercó peligrosamente a mi mesa.
-Estoy seguro de que puedes dedicarme 5 minutos- contestó, educadamente.
Suspiré y levanté la vista hacia él.
- ¿Qué?-Pregunté, arqueando una ceja.
La sonrisa de Alastor se ensanchó ante mi pregunta.
-Bueno, querida, ciertamente me gustaría que me explicases cómo acabaste en el infierno.
Resoplé.
¿De verdad se creía ese tío que yo le iba a contar mi vida? pfff. Patético
-¿Realmente te crees que te voy a contar mi vida pasada, cuando ni siquiera te conozco?-pregunté, con una sonrisa.
-No es que me importe ni una pizca a mí, cariño, es que Charlie me ha mandado a hacerlo, pero si prefieres que venga a ella y te atosigue a preguntas por mí perfecto.-respondió, en tono calmado.
Yo estaba alucinando, ¿de verdad tenía que contarle a mi enemigo mi vida pasada?
-Te odio solté.
Alastor ensanchó más su sonrisa, si es que es posible y soltó una pequeña risa.
-Yo también te odio, mi cielo.
Sentí un escalofrío al escuchar esa palabra " cielo". Pero decidí ignorarlo. Cierto era que si Charlie me hacía las preguntas, posiblemente me abrumaría y nunca se cansaría de preguntarme cosas. Con un resoplido bastante largo y profundo, asentí.
-De acuerdo...pero luego no digas que no te avisé...