* «MOONLIGHT» *

Capítulo 26 " Vacaciones"

El ambiente era tenso, Selever instintivamente se separó de Sunday, tan pronto habló Sky, la empujó fuerte, provocando que Sunday se tambaleara frente a él.

—No, pasa. —dijó un poco nervioso, pero no se notó.

Sky hizó una seña a Ciro para que los esperara afuera, y el desapareció de la esena cerrando la puerta.

Una vez estando dentro, Sunday se sintió opacada.

Sky caminó a el escritorio y dejó la caja sobre el.

Se recargó y les sonrió.

—los espero, tómense su tiempo para hablar.

—Sunday ya se iba, así que en unos minutos llegará el fotógrafo.

—Selever... Hablemos en privado, quiero decirte algo. —dijó furiosa por dentro, sabía que los había puesto en una situación complicada, incluyendose.

—Sunday, tengo una sesión de fotos, ahora no tengo tiempo, puedes decírmelo cuando pueda.

—Esta bien.. Adiós.

Sunday salió del lugar, se sintió ofendida y se prometió a si misma hacerle pagar a Sky.

Selever se recargó en el escritorio  a un lado de Sky.

Sky estaba a punto de caer algo cuando el habló.

—¿me trajiste un regalo cielito?.—tomó la caja y decidió abrirla.

—Espero que te guste. —le dijo dando dos pasos enfrente y con expresión seria, pero le llamó la atención la vista de al ciudad que tenía en su oficina y fu a verla, solo se paró allí, dándole la espalda a Selever.

Cuando selever abrió la caja...

—¡que lindo!, un cajita musical, me acuerdo que mi madre tenía una, pero no recuerdo que paso con ella. Pero me encanta. Gracias cariño. —a él realmente le gustó demasiado, pero por alguna razón sentía una incomodidad en el pecho y en todo su cuerpo.

¿Por que?, por que pensaba que a Sky le había molestado qué lo viera con Sunday, pero la realidad estaba muy lejos de que esto sucediera.

—me alegra que te guste. —justamente cuando terminó de hablar, el asistente entró.

—Señor  Masses, el fotógrafo ha llegado.

—dejalo pasar —prefería que está incomodidad terminara rápido.

El fotógrafo pasó y conversó un poco con Selever y Sky sobre las poses que probarían para empezar.

—Señor Masses, en la primera foto no mostraremos la cara de la señora, así que peguese en el escritorio y abrace a la señora.

Selever hizo lo que se le pidió y Sky también cooperó.

El fotógrafo hizó su trabajo y las poses se ponían cada vez más intensas.

Hasta en un punto los dos no sabían si proseguir o que era suficiente, ya que las ideas del fotógrafo eran... Un poco ¿románticas?.

—¡perfecto!, ahora, espero no que no sea demasiado pedir que se besen y poder capturar la mejor toma posible.

Sky volteó a ver a Selever quien también estaba un tanto sorprendido.

«me dijeron que era uno de los mejores fotógrafos de Italia.»