Distorted memories (1/2)

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Lay estaba sentado en la habitación al lado de Kye, mirando la televisión sin mucho interés en lo que estaba pasando.  Aunque estaba físicamente presente, su mente divagaba y un profundo cansancio comenzó a invadirlo.  Bostezó, tratando de ocultarlo.

— Cariño, creo que me voy a acostar un rato — dijo Lay levantándose lentamente del sofá, su voz suave pero llena de cansancio.

Kye apartó la mirada del televisor y frunció el ceño mientras miraba a Lay.  Todavía eran las 3 de la tarde, un momento inusual para que Lay quisiera irse a la cama.

- ¿Ahora?  — preguntó Kye, sorprendida y un poco preocupada — ¿Está todo bien?

Lay intentó sonreír para tranquilizar a Kye, pero la sonrisa no llegó a sus ojos.

— Sí, sólo estoy un poco cansado.  Creo que necesito un descanso.  Nada más.

Kye ladeó la cabeza, claramente poco convencido.

- ¿Cansado?  Nunca dormirás tan temprano... ¿Te sientes mal?

Lay sacudió la cabeza, tratando de parecer más confiado de lo que realmente se sentía.

— No, no estoy enfermo.  Yo sólo... tengo la cabeza llena.  Necesito descansar un poco, eso es todo.

Kye suspiró, todavía receloso, pero decidió no insistir.

- Todo está bien amor.  Ve a descansar.  Pero si necesitas algo, lo que sea, llámame, ¿vale?

Lay asintió, inclinándose para darle a Kye un rápido beso en la frente antes de alejarse.

— Lo haré, lo prometo.  Gracias por entender.

Mientras Lay se alejaba hacia el dormitorio, Kye no pudo evitar notar su lento caminar, como si algo realmente lo estuviera molestando.

— Lay… — Llamó Kye, haciéndolo detenerse por un momento.

- ¿Sí?  — Respondió Lay, mirando por encima del hombro.

— Te amo, ¿vale?  No lo olvides.

Lay sonrió levemente, la calidez de las palabras de Kye encendieron algo dentro de él a pesar de su cansancio.

— Yo también te amo, Kye.  — Y luego, con un gesto de la mano, continuó su camino hacia el dormitorio.

Cuando llegó al dormitorio, Lay se dejó caer sobre la cama y dejó escapar un profundo suspiro.  Sabía que Kye estaba preocupado, pero no quería que su marido cargara más peso del que él ya tenía.  El cansancio que sentí no fue sólo físico;  había algo más profundo, algo que necesitaba procesar.

Mientras intentaba ponerse cómodo, escuchó pasos en el pasillo y luego la puerta del dormitorio se abrió ligeramente.

- ¿Lay?  — Kye se asomó, preocupada.  — ¿Estás seguro de que estás bien?  Puedo quedarme aquí contigo si lo necesitas.

Lay volvió a sonreír, esta vez más sinceramente.

‐ Estaré bien, Kye.  Sólo necesito algo de tiempo para mí.  Gracias por ser tan atento.

- Siempre.  — Dijo Kye, pero dudó antes de irse.  — Si cambias de opinión, estoy en la habitación, ¿vale?

- Lo sé.  — Respondió Lay cerrando los ojos.  - Lo sé.

Kye cerró la puerta con cuidado y regresó a la sala, pero la preocupación seguía pesando mucho en su corazón.  Sólo quería ver bien a Lay, pero sabía que descansar era lo que Lay más necesitaba en ese momento.

Lay dejó su teléfono celular en la mesa al lado de la cama y cerró los ojos, esperando que el sueño llegara rápidamente.  Sin embargo, su mente se llenó de pensamientos inquietantes que comenzaron a invadir su tranquilidad.  Dio vueltas de un lado a otro en la cama, tratando de sacudirse sus preocupaciones, pero parecía imposible.

𝗘𝗌 𝖱𝖾𝖺𝗅𝗆𝖾𝗇𝗍𝖾 𝗔𝗺𝗼𝗿? > Pausada <Donde viven las historias. Descúbrelo ahora