El diario de mamá y papá

El diario de Betty

En cuanto escucho que sus padres se dirigían hacia su habitación se arropó bajo la cobija y fingió estar envuelta en un pesado sueño, después de que ambos le dieran el beso de buenas noches, se fueran hacia su habitación y cerraran la puerta, pudo levantarse de la cama sin estar segura de dirigirse hacia el estudio de su mamá para seguir descubriendo sobre el secreto que dejó inconcluso algunas horas antes.

5:13 PM

Veía aburrida desde su escritorio frente a la ventana como el lluvia empapaba cada rincón de Bogotá, odiaba cuando ésta sorprendía a sus papás aún trabajando en la oficina ya que tendrían que esperar a que la lluvia terminara para regresar a su hogar y no ser víctimas de algún accidente de carretera. Había terminado ya todas las tareas del colegio, no había ningún libro nuevo que su mamá le hubiera comprado y no lograba encontrar ningún título en Netflix que la enganchara hasta que sus papás llegaran.

Decidió bajar a la cocina por cualquier capricho que pudiera llamarle la atención, desde las escaleras escuchó la voz de su hermano menor que le preguntaba una infinidad de cosas a su pobre abuela que era víctima de la curiosidad del pequeño.

Decidió ir a asomarse, en cuanto Julián la vió fue corriendo a abrazarla.

J: ¡Mila, por fin sales de tu habitación! ¿Ya terminaste las tareas del colegio?

C: Afortunadamente ya.

DJ: ¿Tiene hambre, mamita, quiere que le cocine algo?

C: No, abue, gracias, solo pasaba por cualquier golosina que me encontrara en la cocina.

J: ¿Por qué no te quedas con nosotros? Juguemos a algo, ¡anda!

C: ¿A qué quieren jugar? –preguntó mientras se sentaba en la alfombra al lado de su hermano.

J: Léenos un libro de mamá, abue, ¿cierto que mi mamá guarda algunos libros que tú le regalaste cuando era niña en su estudio?

DJ: Me parece que si, aunque no estoy completamente segura, cuando ibas a nacer llevó algunas cosas a mi casa para guardar otras en su estudio.

C: Voy a buscar si conserva alguno aquí, regreso enseguida.

Comenzó a caminar hacia el estudio de su mamá justo en dirección al estante donde estaban todos los libros, hasta que se percató de una caja arriba del mueble, nunca antes la había visto, tal vez porque la última vez que decidió curiosear en el estudio fue cuando era muy pequeña, con ayuda de un banco logró alcanzar la caja hasta tenerla en sus manos, la puso en su regazo mientras quitaba la caja y no descubrió más que una infinita cantidad de dibujos que hacía para sus papás cuando era niña, al notar que no encontraría nada más empezó a acomodarlos para de nuevo guardarlos, hasta que se percató de una portada de libreta decorada con flores.

Esta llamó su atención, la sacó y vió que no era más que una simple libreta, aunque sabía que guardaba algo más, así que comenzó a leerla.

La primera hoja solo decía "Diario personal de Beatriz Pinzón S."

Nada extraño proviniendo de su mamá, sabia lo mucho que amaba escribir.

Durante las siguientes hojas solía relatar lo cansada que resultaba la universidad, y lo infinitamente triste de no poder ser una persona social, además de saber que el amor jamás tocaría su puerta, o sobre el esfuerzo inhumano que hacía por conseguir trabajo.

Todo era cotidiano, hasta que una hoja llamó su atención.

"en estos momentos soy la mujer más importante para él, más que su propia novia"