En la noche

5 0 0
                                    

"De día llaman a la puerta y de noche se dedican a desaparecer a los más despistados. Esto no es vida, señorita."

-Testimonio 1:7

Imagina una espesa niebla en medio de un bosque. El bosque repleto de árboles; haciendo de la niebla más densa y abrumadora. Imaginalo de noche y oscuro, seguido de picoteos y ruidillos por todos lados.

Gran parte de la tarde la pasé con esa sensación sofocante. De alguna extraña manera las paredes de mi habitación me susurraban. Lo extraño era que había tomado los antipsicóticos. Lo que escuchaba era de algún modo real.

A las cinco de la tarde ya estaba hasta el colmo del ruidillo de la pared. De ira y arrebato le dí un golpe a la pared. Y aunque fue mala idea, al menos empecé a preocuparme por mi mano y ya no tanto por los ruidos.

Como a las siete, mientras preparaba la mesa para cenar; empezó a llover y me di cuenta porque el lugar tenia un mal aspecto. El techo traía goteras y los chorros que caían eran verdes.

No pudimos cenar por las goteras y estuvimos hasta las nueve arreglando algunas goteras. Y para las que no podiamos taponear; les poniamos ollas y otros recipientes lo suficientemente grandes como para que no se desborden durante la noche.

A eso de las once ya estaba en cama y escuchaba por un hueco en mi pared; como mi abuela oraba antes de dormir.

Ya para las doce en punto estaba agarrando sueño. Me imaginaba como serían los demás días que estaría aquí con mi abuela.

Me pregunté: "¿Qué sería de ella si yo no llegaba?". Lo más probable es que ella seguiría tapando las goteras. Era una pena que mi abuela esté tan mal cuidada y atendida. La suerte estaba de su lado al menos.

Gran parte de la noche me la pasé reflexionando. Hasta que escuché voces.

Era algo como una conversación. Estaba afuera de la casa, pero del lado de mi habitación. Al principio no le presté atención hasta que tocaron mi ventana. A lo mejor se habrían equivocado, o eso fue lo que pensé, hasta que volvieron a tocar.

///Trik///

Volvieron a tocar otra y otra vez.

No quería levantarme de la cama. Estaba tiesa y me encogí lentamente hasta estar hecha una bolita. Me cubrí la mitad del rostro y me acomodé mirando a la ventana por si querían entrar.

"¿Quieren meterse a robar?"

El sueño ya se me había ido y mi corazón quería salirse de mi pecho. También mis piernas ya estaban temblando.

"Me quieren secuestrar o algo peor"

Algo recorrió mi cuerpo al ver que alguien se asomó a la ventana. Y aunque quería cerrar los ojos y gritar... no pude.

Me quedé helada con los ojos bien abiertos y las ganas de salir corriendo se apoderaron de mí.

El señor estaba tocando la ventana y mirando por la misma. Para mi suerte, mi cama estaba de tal modo que era complicada de ver desde allí.

El señor estuvo así unos minutos. Luego se apartó de la ventana.

Fue ahí que me levanté de la cama. Podía irme a la sala corriendo. Pero, no sabía si seguía ahí o no. Ya que me vería desde la ventana si fuese así.

"¿Que hago?"

Tras un rato de silencio. Alguien rompe una ventana.

El ruido era de la sala...

Que más remedio o salvación. Agarré mi almohada y me metí bajo la cama. Me encogí lo más que pude y me tapé la boca.

Estaba lista para gritar por ayuda si algo pasaba. Aunque eso era obvio que pasaría.

Temblando y en shock miraba la puerta.

ESCORIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora